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MALVA: Crónicas de una letra minúscula....

Crónicas de una letra minúscula.

61. Un paseo de Don Honorio por la avenida de Zamora.

Uno de esos días soleados de finales de primavera, o principios de verano, cuando salir a la calle deja de ser una obligación, y se convierte en un puro placer. Los árboles vestidos de sus abrigos verdes, las rosas florecen en los jardines y las mujeres ponen ese toque sutilmente seductor, ayudado con sus ropajes más ligeros y llamativos.

Bueno pues sucedió uno de esos días, que Don Honorio, había ido a Zamora en el coche de línea a hacer unos mandados. Una vez liberado ya de los quehaceres y asuntos que le habían llevado a la capital, estaba dando un paseo, por la avenida, esperando que se hiciera la hora de coger el coche de vuelta a Malva.

En esto que de frente a él venía una mujer, muy guapa, muy de buen ver y con unos buenos atributos, superiores e inferiores, además de un porte elegante, seguro y exquisito, muy bien vestida. Vamos de las que al pasar te quitan el hipo.

A Don Honorio, y a otros muchos paseantes se les iban los ojos. No podían evitarlo. Hasta tal punto, que cuando la mujer llegó a su altura, no puede por menos de decirle:
- ¡Por ti bebería tu sangre!
A lo que la mujer le responde.
- ¡Pues déjalo para el mes que viene, que éste ya, llegas tarde!

Esta vez a Don Honorio le pasó lo que al carnero encantado “Que fue por lana y volvió trasquilado”

Salud.