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MALVA: Tachuela 46...

Tachuela 46

...... aparecía el nombre de la Virgen del Tobar, sin ninguna relación con Malva. “Virgen del Tobar de los arrieros de los primeros caminos”, Jamás había oído tal orden o cofradía, se creía que tenía controladas todas las cofradías de los últimos tiempos, la de Santa Agueda, El Santísimo Sacramento, Santa Justa, San Roque, Nuestra Señora de la Asunción, La de la Cruz, Nuestra Señora del Rosario, San Antonio de Padua (que pinta aquí Padua, si es un pueblo de Italia), Los naturales, Las ánimas, La de San Isidro, que sin ser cofradía, como si lo fuera, pues tenía una organización similar de agricultores, y alguna otra que ahora no recordará. Y la que actualmente existe, por supuesto, la de la Virgen del Tobar. Con relación a éstas, a todos sus cofrades, mayordomos, incluso listados de parroquianos, aunque ni todos los parroquianos son cofrades, ni todos los cofrades y mayordomos son parroquianos. Buscó datos de los arrieros desconocidos de algún pueblo de Valladolid y vio que en sus ventas hacían retener una parte para su organización, a esta parte la llamaban, pago de “Tobares” y con ella pretendían montar una cofradía similar a la de la “Virgen del Tobar de los arrieros de los primeros caminos” de Malva, así lo hacía constar, mencionando las riquezas que a los de Malva les había supuesto, las cuales también manejaban haciendo prestamos en la región, incluso en épocas de vacas flacas le habían prestado dinero a grandes señores feudales, hasta el mismísimo rey, para pagar a sus vasallos, o eso daban a entender. Y ya se sabe que muchos pocos, con constancia y muchos años, las riquezas bien administradas, no paran de aumentar. También se nombraba, a parte de como se le conociera a la cofradía, un lema, frase, contraseña, epitafio, epístola, quien sabe, lo que fuera. Y en ese mismo documento, de los arrieros de algún pueblo de Valladolid, por cierto en muy malas condiciones y descolorido decía: La de los arrieros de Malva tenía una clave secreta, parte de dicha clave la tenían escondida en algún cofre, enterrado en algún sitio cerca del santuario, se nombraba un triangulo, algo de un molino de viento, de palomas, un centro, algo así como dando a entender que las palomas con el cofre podrían hacer las visitas y más palabras que no se podían entender. Revolviendo y buscando en otros legajos se describía que las claves de estas cofradías, a veces solían tener una parte secreta, como era el caso, y otra que aún siendo secreta la conocían todos los cofrades, como una especie de salvoconducto, continuaba con textos incomprensibles, se repetía la palabra Malva y terminaba el legajo con algo así como:

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POR VIENTO CON FUEGO
DEBAJO DE LA “YERBA”
LAS VISITAS HARAN

Miguel el de Aurelia, se dio cuenta enseguida, que había encontrado algo de lo que durante unos cuantos días, prácticamente desde aquel día que su madre le relatara por teléfono las últimas novedades del pueblo, había estado buscando, léase sobres, forasteros, toresanas, andaluces, gallegos, triángulos, cofres, llaves, mecanismos, vírgenes, excavaciones etc.
Su madre le había tenido al corriente de todo.
Al llegar a casa, ya tarde, cansado, hambriento, después de cenar, llamó al chico de Malva, que también vive en Zamora y trabaja en una multinacional, relatándole, con pelos y señales todo lo que había descubierto, les dice que no se puede acercar a Malva, por que al día siguiente tendrá que trabajar, pero que en cuanto pueda se acercará y entre todos estudiar con calma los hechos conocidos y las novedades descubiertas por él en el archivo histórico de Simancas.