Por cierto, el de antes soy yo, Heli.
Para Antonia, le diré que soy hijo de Quico el cartero (qepd) y de Heliodora. Nací en la casa frente al cura, al lado de la seña Obdulia, y veía cruzar la carretera, de rodillas a Felipe el de la seña Inmaculada, haciendo parar al coche línea, que conducía, cabeceando en todas las curvas, Valero. Cuando llegaba a la plaza, paraba donde le dejaba el Tizón, y bajaba Francisco el de Abezames, pregonando ¡Vicenta Santos! y repartiendo las bobinas que le habían encargado las mujeres por la mañana. Danielito seguía hasta Bustillo.
En la plaza esperaban mi padre, por la valija y el señor Estanislao, por el ABC, además de Don Leonides y de los muchachos que esperaban llevarle los paquetes a Vicenta, por alguna propinilla o por sentarse de conversación con la seña Pepa...
... ¿os acordabais de todo eso?. Bueno, hasta otro rato, que por aquí se está poniendo el día fosco.
Besos. El abuelo Porretas.
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Para Antonia, le diré que soy hijo de Quico el cartero (qepd) y de Heliodora. Nací en la casa frente al cura, al lado de la seña Obdulia, y veía cruzar la carretera, de rodillas a Felipe el de la seña Inmaculada, haciendo parar al coche línea, que conducía, cabeceando en todas las curvas, Valero. Cuando llegaba a la plaza, paraba donde le dejaba el Tizón, y bajaba Francisco el de Abezames, pregonando ¡Vicenta Santos! y repartiendo las bobinas que le habían encargado las mujeres por la mañana. Danielito seguía hasta Bustillo.
En la plaza esperaban mi padre, por la valija y el señor Estanislao, por el ABC, además de Don Leonides y de los muchachos que esperaban llevarle los paquetes a Vicenta, por alguna propinilla o por sentarse de conversación con la seña Pepa...
... ¿os acordabais de todo eso?. Bueno, hasta otro rato, que por aquí se está poniendo el día fosco.
Besos. El abuelo Porretas.
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