Y digo todo esto porque a pesar de que no he activado ninguna casilla, salvo tres o cuatro peticiones de
amistad y casi sin querer, de repente me han entrado treinta o treinta y tantos
mensajes a cual más emocionante, agradeciendo a Silvia y a Javi los momentos tan absolutamente inolvidables que nos han permitido compartir con ellos y celebrando su manera de ser.