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MALVA (Zamora)

Pórtico
Foto enviada por Jmg

Una mañana, antes de las famosas dianas floreadas de Loly, Sixto, el Cabezorra y Felisín, estaba Toño, el de Francisca, arreglando una conejera que tenía la puerta medio desvencijada. Al lado, en casa de Aurora, dormían la mañanada Pon y Fede. Al oir los martillazos de Toño, con los ojos llenicos de legañas pensaron “ ¡zachos!” y saltaron de la cama creyendo que ya andaba por la calle alguna cuadrilla dando guerrica.
Ahora, no andéis bobiando que pa disfraz bueno el del año siguiente: de futbolín. ... (ver texto completo)
Es que le faltó un poco de grasa consistente, para las barras del futbolín, que si no...
Una mañana, antes de las famosas dianas floreadas de Loly, Sixto, el Cabezorra y Felisín, estaba Toño, el de Francisca, arreglando una conejera que tenía la puerta medio desvencijada. Al lado, en casa de Aurora, dormían la mañanada Pon y Fede. Al oir los martillazos de Toño, con los ojos llenicos de legañas pensaron “ ¡zachos!” y saltaron de la cama creyendo que ya andaba por la calle alguna cuadrilla dando guerrica.
Ahora, no andéis bobiando que pa disfraz bueno el del año siguiente: de futbolín. ... (ver texto completo)
Al llegar a la cuesta Patinas, sentimos jaleo detrás de la ermita. Habían soltado un marranico untado de grasa para que se lo llevara el que lo cogiera. Después de cansarlo entre Montse y los melgos, lo apañó Graci. “ ¡Ya tenemos peña, ya tenemos peña!” voceaban unos cuantos.
Del castañazo, el tornillo de las gafas de Fede quedó ajustado como dedo en culo. Los coches, sobre todo el de Miguel, quedaron bastante dañados aunque, afortunadamente, nadie sufrió rasguño alguno ni en el cuerpo ni en la pachorra. Porque hay que tener pachorra para ni siquiera bajarse del coche a ver los daños.
¡Salud, la compañía! ¿Alguien quiere tomar algo? Está convidao.
Tenemos muchas nuevas, voy a ver si me entero de algo de las publicaciones. Tengo una amiga que publica voy a hablar con ella. Tiene que tirar pa lante la cosa come sea.
Buenos días. Estoy un poco perdida. Vpoy a ver so me pongo al día.
Me es urgente dejar el foro. A ver si puede pasarme a tomar un vino. Hasta luego.
Avisamos a unos vecinos para que nos echaran una mano a poner el coche de pie, pero no pudimos ponerlo en funcionamiento porque perdió el agua del radiador y echaba mucho humo, además de que se rompió el palier trasero derecho. Tuvimos que ir a un bar de El Perdigón y desde allí avisar a Pedro, que trabajaba de camarero en La Farola, para que nos agenciara algún parroquiano que nos fuera a buscar.
Aquel día hice el jornal del pajarero: dos multas, un pinchazo y un accidente. Sólo faltaba habernos ... (ver texto completo)
Ha llovido algo, pero debajo de los coches, sigue seco.
Por la influencia de la televisión, surgió moda de jugar a “La Ponderosa”, que no consistía más que en hacer un fuerte con pajas de las tierras segadas de alrededor de Las peñas. En el fuerte se metían los soldados esperando que bajaran los indios, dando gritos, por la ladera del terreno (la que se podía bajar a pie) y chiscaran la paja del fuerte. A los soldados no les quedaba otra que ponerse a favor del viento para no terminar negros por el humo y las morceñas.

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En la era de Jesús el de Rosina (creo que la llamábamos así) también solíamos jugar mucho, seguramente porque estaba cerca del pueblo y porque tenía el resguardo de la cerca de Jesús, de la caseta de David y del edificio de Pablito.
- El esconderite inglés.- El que empezaba quedándosela se ponía en la misma pared de la panera de Nicolás o en la puerta de Basi. Los demás se colocaban en el lado contrario de la plaza y tenían que tratar de alcanzar la pared de enfrente sin ser vistos moviéndose por el primero. No recuerdo bien la letanía que tenía que decir el que pagaba, pero era algo así como “un, dos, tres, esconderite inglés, … con la mano del revés sin mover los pies”. En ese momento se volvía, mientras los otros, que venían ... (ver texto completo)
Al encontrarse en la puerta con nosotros, se le ocurrió decirnos que iba a tomar un vino y que si queríamos ir con él. Aceptamos con los ojos cerrados y nos dejamos guiar por él, que para eso llevaba unos años haciendo el mismo recorrido.
¡Chacho, chacho! Aquí no rebulle nadie. Mia lo que te digo, es que se debe estar tan ricamente en la cama...