Es un gustazo saber que dentro de este mundo cada vez más superficial y muchas veces cruel, aún queda sitio para los buenos sentimientos, esos que hacen más grande este día.
Aunque este día es puramente comercial, todos los días hacemos algún regalo a nuestro "calcetín", le decimos un "te quiero", le damos un beso o simplemente le cogemos de la mano.
Por cierto, muchísimas felicidades al primo Valentín.