Me estoy partiendo de la risa con la
historia de la hija del sacristán de Escamilla y Arbeteta. Es que hay que ver cómo son los sacristanes, Mariano, no lo sabes tu bien, no casan a las hijas de ninguna manera. Ahora que las hijas de los sacristanes..., no veas como son, no hay quien las haga casar cuando pasan de los 30, ni aunque sea el más pintado, te lo digo yo que lo sé de buena tinta. Me encantado la historia. Se la contaré a mi padre.
Me ha dado tanta risa que no he sido capaz de mirar el
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