Msol, pues no me podía imaginar, que conciera nadie de nuestro entorno a Diego, el de la crónica de hoy. Me ha sorprendido un montón que lo conocieras tu.
Jmg, yo también conocí a Diego, tocayo de mi padre, con el que mi madre tenía muy buena relación. Lo recuerdo en la
farmacia de Sta Clara, con su chaquetilla blanca, sus gafas doradas semicirculares para vista cansada, y su bigote canoso y su amabilidad. Nunca hubiera pensado que tenía mal carácter.