-Siéntate, Melquiades, y ves la película con nosotros, le dije.
- ¿Quién? ¿este?. Cuando él se siente... tú déjalo, que no se sienta, porfiaba Miguel.
-No, si me voy a la cama, decía Melquiades.
En el primer intermedio de la película, Melquiades había cambiado de pie de apoyo, pero seguía pegado al sofá.
-Pero ¿no te sientas, hombre?
- ¡Qué no, que me voy a la cama!
... cuando salió en la tele “The End”, seguía clavado en el mismo sitio. Todavía tuvo que echar otro viaje al servicio, antes
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