3 meses GRATIS

MALVA (Zamora)

Puesta de sol
Foto enviada por mjl

Miguel ya me ha dicho mi madre que el otro día echastes unas risas con las mujeres de la tertulia en el pozo bueno
LLevamos una temporadica muy que muy, entre alubias y ahora lo de la dentadura, que se quitan las ganas de comer. También yo por cuza podía haberlo leido más tarde.
Esta noche pasada, MJ y Loli han hablado de dentaduras y yo recuerdo cuando Gumer quiso hacerse una y enterado Goyo "topas" le trajo la suya, envuelta en papel de periódico, al bar para que se la probara pues él ya no la utilizaba. Gumer la metió de mil maneras pero no habia forma de que encajara.
La otra sugerencia es la de Anastasia, Narcisa e Isaías. Os acordaréis casi todos de que Isaías era el más famoso mataperros de la comarca. La gente le daba una propina para que acabara con la camada de perros que te hubiera parido la perra o para acabar con las perros más viejos que, en cada casa, había que ir eliminando.
A ver, un vinito de Toro, Pedro. Echo mano a este cuero, que tiene los agujeros del hocico que se tiran a uno.
Anda la gripe rondando cosa mala. Así que habrá que cuidarse.
Pero todo esto viene a colación por una de las frases más antológicas que se puede encontrar uno fuera de los libros de historia. Ni citas históricas, ni mandangas. Yo diría que después del “Cogito, ergo sum”, va esta, sin duda. Como mucho, le va un poco a la zaga, la que dijo Pedro, el de Adela, uno de los días de tanto calor, en la fiesta de este verano: “ ¡Claro, no calentó en enero, pues calienta ahora!”.
Y hoy tampoco llueve. Por lo menos ya tenemos una temperatura propia de otoño.
A Manolito se le estaba haciendo la boca agua, pero si sacaba tabaco los otros le iban a pedir y, la verdad, para uno, era algo, pero para cuatro, no tocaban a nada. En un arranque de ingenio, sacó el paquete del bolso y, del paquete un cigarro, que se puso en la boca y chiscó como una tea. El resto del paquete, lo enrebujó con cuidado y lo tiró al suelo.
Está bien eso de bajar la basura, excusa uno de que le entre el síndrome de Diógenes, pero tampoco es pa ponerse así. Ahora que viene el invierno, ¿ande va a estar uno mejor que aquí? ¡Mejor erguero!
Yo recuerdo perfectamente el estanco de sr. Honorio y la sra. Felicidad, no por ir a comprar tabaco, porque mi padre no fumaba, mi abuelo Andrés tampoco, y mi abuelo Emiliano sí, pero yo no lo conocí como fumador porque lo tenía prohibido por enfermo. También vendían sellos, que eso sí he ido a comprar, y seguramente también alguna piedra para el mechero de la cocina de mi madre, que tenía uno de ésos, lo recuerdo perfectamente. No encendía a la primera normalmente.
Nos tienen acribillao, al pobre perro.
-Siéntate, Melquiades, y ves la película con nosotros, le dije.
- ¿Quién? ¿este?. Cuando él se siente... tú déjalo, que no se sienta, porfiaba Miguel.
-No, si me voy a la cama, decía Melquiades.
En el primer intermedio de la película, Melquiades había cambiado de pie de apoyo, pero seguía pegado al sofá.
-Pero ¿no te sientas, hombre?
- ¡Qué no, que me voy a la cama!
... cuando salió en la tele “The End”, seguía clavado en el mismo sitio. Todavía tuvo que echar otro viaje al servicio, antes ... (ver texto completo)
Una vez colocado en el sillón de torturas, el dentista le mandó abrir el “expediente”. Las primeras pesquisas no delataban nada anómalo, a pesar de que el investigador fruncía el ceño en cuanto notaba el rastro de alguna de las cañas ingeridas. Cuando la exploración ganó la suficiente profundidad, el dentista, llevado por su afición a series como C. S. I., quiso fardar de su capacidad observadora.
Pues muy bueno el suplemento dominical, Heli. Ya me has hecho reir un rato y me has aclarado la duda planteada.
buenas noches, como si lo viera a que no hay nadie por aqui?