Compramos energía a futuro

MALVA (Zamora)

Puesta de sol

Como no teníamos claro de qué bar procedería el motivo de aquellos espasmos y sudores, y tampoco íbamos a pararnos discutirlo porque no nos lo permitía ni la prisa que llevábamos, ni el ruido que íbamos haciendo por detrás, nos metimos en una obra que nos quedó a mano. Entre palés de ladrillos, accedimos al primer piso por el esqueleto de una escalera, porque del ascensor no encontrábamos ni el hueco.
Para muchos de nosotros era más productivo emplear las perras en los vinos y pinchos que tomábamos por las tascas de Toro, que en una inversión tan grande que, encima, no nos llevaba a nada más que a volver a casa con el rabo entre las piernas (nuestras, claro está) lamentándonos, desde el Arco del Reloj hasta el Jayda, de que no nos dieran ni un puñetero baile. ¡Y encima teníamos que volver haciendo dedo! Y pasaba Felisín, lleno; pasaba Tinín, también lleno; pasaban Graci y el Monis, y no paraban ... (ver texto completo)
CRÓNICAS DE UN PUEBLO
Siguiendo con las andanzas toresanas, por donde parece que pasamos todos los de Malva, menos Valentín y Alfredo, que eran más de Villalpando, no es fácil olvidar el sablazo que suponía para nuestras economías, la entrada de La Galaxia. Pero claro, a ver quién era el guapo que se resistía a entrar y disfrutar del mejor sonido cuadrafónico de Europa, como decía la propaganda de la época, y de su espectacular juego de luces.
Buenos días: 16º en Cáceres y 13º en Zamora. Este verano está siendo uno de los inviernos más benévolos que se recuerdan.
Bueno, pues hasta luego, entonces.
Hasta luego. Así volvía yo de la Galaxia to los domingos. Solo que entonces no era porque tuvieran otros oficios que hacer. Cuando empezaba el agarrao, solo se escuchaba, no, no, y no. Así a sacar tabaco y en paz.
Aunque estoy en la gloria con vuestra compañía os tengo que dejar porque ya acabaron de comer mis clientes y hay que ver si han hecho bien la digestion. Hasta luego.
Y desde su más tierna infancia no ha parado de darle al peta, se dice bien.
Recuerdo que el que fumaba Jean era Isidro.
Entonces fumaba Jean.
Y desde su más tierna infancia no ha parado de darle al peta, se dice bien.
Hola, Heli, la crónica de hoy ha sido desternillante, ya me imagino a Pon guardando el billete de 500, con el cigarrico entre los labios, como su padre con la faria, porque el no fumaría farias entonces ¿no?
Entonces fumaba Jean.
Hola, Heli, la crónica de hoy ha sido desternillante, ya me imagino a Pon guardando el billete de 500, con el cigarrico entre los labios, como su padre con la faria, porque el no fumaría farias entonces ¿no?
A mi con lo de la iglesia me acabas de recordar otra historieta. Tengo ocho apuntadas, para que no se me olviden y así añadirlas poco a poco.
Pues cuando quieras, aquí estamos para leerlas.
A mi con lo de la iglesia me acabas de recordar otra historieta. Tengo ocho apuntadas, para que no se me olviden y así añadirlas poco a poco.
MORALEJA:
Si juegas con espabilaos, apaña bien los duros ganaos.

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El acreedor, a pesar de lo suculento del importe adeudado, no las tenía todas consigo, es más, casi daba por cierto que no vería un duro, porque aquel sistema del debo-debo que traían, no le ofrecía garantía ninguna. Tras una nueva jugada, Pon tuvo que echar mano al bolso para buscar alguna calderilla y entre los dedos le asomó el último billete de quinientas pesetas que le quedaba. El de Toro, que lo vio, abrió un ojo como un lagarto y empezó a echar cuentas, rascándose la cabeza: