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MALVA (Zamora)

Puesta de sol

Menudas apuntadoras tiene tu hermano. Ya verás después de la fiesta cuando volvamos a escribir crónicas. Que se preparen los de Rioturbio.
Te tengo que dejar, corazón, que si no, no me da tiempo a rematar una ceranda antes de comer. Hasta pronto.
A pesar de la tremenda helada que estaba cayendo, fue arrimarle el chisquero y echar a arder la manojera entera, como si tal cosa. ¡Qué pena que no pudiéramos llenar los bolsos del abrigo con aquel calorcito, y así tener pa’l camino!.
La cosa tenía una mala pinta del demonio. Tanto que, como por allí no pasaba ni la estrella de oriente, no tuvimos más remedio que volver andando pa casa. Como decía antes, siempre se ha dicho que hay siete kilómetros, pero con aquel frío y las pocas ganas que teníamos, parecían setenta y siete.
En pleno invierno, como bien saben Melchor, Gaspar y Baltasar, hace un frío que pela y es mejor no andar p’acá y p’allá, así que nos metimos en el bar de Calleja, pedimos unas fantas y unas cartas y ¡leña, que Dios te crió!. Acabó la primera sesión del baile pero nosotros seguíamos preocupados por si había salido ya el tres de oros o por picar las veinte en bastos, más que por ningún otro ergo.
CRÓNICAS DE UN PUEBLO

Ahora que tenemos que pasear por prescripción facultativa, siete kilómetros equivalen a media pastilla contra el colesterol y un cuartillo de la de los triglicéridos, pero cuando teníamos veinte años, eran un viaje irrealizable si no disponías de un buen aro o de una bicicleta. Digo esto, porque siete km. es la distancia que ha habido siempre entre Villalube y Malva y la que yo recorro cada vez que doy un paseo terapéutico.
Así viven los funcionarios. Los autónomos con un cortao vamos listos. A proposito, confirmame que los funcionarios sois los más rapidos de todos. Acabais de trabajra a las 3 y a las 2,30 estais jugando la partida.
Menos cachondeito con los funcionarios que somos más trabajadores de lo que te crees y ganamos menos que los autónomos y pagamos nuestros impuestos religiosamente, cosa que otros a saberse, je je
Yo también tengo que dejaros un rato que me esperan un zumo de naranja y una tostada de pan untado con ajo, tomate y aceite y unas lascas de jamón encima. ¡Se me caen los lagrimones!
Así viven los funcionarios. Los autónomos con un cortao vamos listos. A proposito, confirmame que los funcionarios sois los más rapidos de todos. Acabais de trabajra a las 3 y a las 2,30 estais jugando la partida.
Se me olvidó pinchar en lafo ¡cachis ¡
Yo también tengo que dejaros un rato que me esperan un zumo de naranja y una tostada de pan untado con ajo, tomate y aceite y unas lascas de jamón encima. ¡Se me caen los lagrimones!
Me voy a ir que tengo el puchero a la lumbre. Después volveré a ver si el otro se anima con la crónica una vez más.
Pues te echaremos de menos, reina. Yo también he cogido un vivio con lo de escribir que no veas. El viernes pasado estábamos con otro matrimonio tomando unas cañas y me acorde de dos chascarrillos. Pedí un bolígrafo y los apunté en una servilleta para que no se me olvidaran. ¡Es mucho!
Como los profesionales de la literatura y las letras en general. Tendrás que empezar a llevar una libretica en el bolsillo de la camisa.
El viernes me voy a ir de vacaciones aprovechando la coyuntura. Estaré fuera el fin de semana y toda la semana siguiente, asi que no entraré a saludaros. No será porque no me acuerde, porque como dice Miguel menudo viciarraco, será porque no podré.
Pues te echaremos de menos, reina. Yo también he cogido un vivio con lo de escribir que no veas. El viernes pasado estábamos con otro matrimonio tomando unas cañas y me acorde de dos chascarrillos. Pedí un bolígrafo y los apunté en una servilleta para que no se me olvidaran. ¡Es mucho!
El viernes me voy a ir de vacaciones aprovechando la coyuntura. Estaré fuera el fin de semana y toda la semana siguiente, asi que no entraré a saludaros. No será porque no me acuerde, porque como dice Miguel menudo viciarraco, será porque no podré.
Nos metimos en un rincón que había al fondo del bar, más allá del recodo de la barra y pedimos cortos de cerveza o vinos con gas, aunque para dónde más mirábamos era para la vitrina de los pinchos. Una vez que Calleja nos puso la bebida, con una habilidad propia de aquel atuendo, le preguntamos:
- ¿Qué tienes de pincho, Calleja?
Como el hombre no se acordaba bien de lo que había sacado de la cocina, nos respondió vuelto hacia la vitrina, de manera que lo único que entendimos fue:
-Pues tengo, ... (ver texto completo)
CRÓNICAS DE UN PUEBLO

Como muchos sabréis, en Villalube, pegando a la panera comarcal y a la carretera de Zamora, hay un bar que abrieron hace ya bastantes años, con el nombre de su dueño, “Calleja”. No sé si seguirá con la costumbre, pero en aquellos años, nos chocaba que el tal Calleja, se pusiera uniforme de camarero, con pajarita y todo, acostumbrados, como estábamos, a ver camareros que, con la ropa de echar a los marranos, nos sirvieran la cerveza, si nos corría prisa.