Sin embargo, hacia mediados del siglo XIX, consideraciones de índole astronómica complicaron de pronto las cosas. Por ejemplo, el principio de “conservación de la energía” planteaba un interesante problema en lo referente al Sol, astro que había venido vertiendo en el curso de la
historia registrada, hasta el momento, colosales cantidades de energía. Si la Tierra era tan antigua, ¿de dónde había venido toda esa energía? No podía haber procedido de las
fuentes usuales, familiares a la Humanidad. Si
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