Compramos energía a futuro

Parte de la uva vendimiada.
Perdón Maribel y MJL, casi os piso, pero es que cuando uno empieza a copiar y pegar es que no mira.
CRÓNICAS DE UN PUEBLO
Por ahora, que se aproxima la Semana Santa, se cumplen años si no es de una anécdota, es de una fechoría, porque eran días de ello. Entonces estaban en pleno apogeo los bares de la calle de Los Herreros y había que recorrerlos como fuera, para que las copas de después no nos pillaran en ayunas.
Lo menos había 37 bares a ambos lados de la calle así que, como muchos recordaréis, aquella zona se ponía de bote en bote con el fin de que a los cofrades se les hiciera menos pesado ... (ver texto completo)
Muy bueno, un saludo
Entretanto, el que tenía necesidad se fue aliviando y los que teníamos la boca llena, porque no pedimos sopas, terminamos de untar los churros y de arrebañar el chocolate y nos marchamos a la calle
Lo de encender allí mismo el cigarrito de después, hubiera sido mucho, aunque no es porque no se lo merecieran. ¡Pues menudo somos!

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Cuando Miguel probó aquellas sopas que nos pusieron, no le quedó otra:
-Pero, ¿qué marranada de sopas son estas? Ya estáis tirando esta mierda por el wáter lo mas cerca. Y hablando de wáter, ya lo estáis abriendo si no queréis que os denuncie y encima os mee en el bar… ¡Ah, y no pensaréis ver un duro por esta marranada que nos habéis servido!
En cuanto entramos y Miguel vio que no había máquina de tabaco, como era habitual, no le gustó nada porque había algunas mujeres que fumaban y que se habían quedado sin tabaco. Le gustó menos que tampoco pudiéramos ir al W. C por la costumbre que tenían de cerrarlos para evitar que la gente lavara las jarras y las cucharas de las sopas. Ahora el remate fue cuando nos sirvieron lo que habíamos pedido por educación.
En ese mismo bar hemos comido también las peores sopas de nuestra vida. Fue una noche en la que nos presentamos con nuestras mujeres a tratar de entonarnos el estómago. Por aquel entonces Miguel había dejado de fumar cigarros. Pon ya llevaba algún tiempo fumando Farias y puros, pero sin tragar el humo, bien porque lo echaba fuera desde la boca o bien porque, cada poco, se lo quitaba Miguel y le metía unas caladas que le llegaba el humo hasta el corvejón.
Con la barra del último bar de la derecha de la calle llena de gente, nos tocó pedir desde la segunda fila:
- ¡Cinco sopas!, pidió Miguel, alto y claro.
-2500, dijo el camarero.
- ¡Qué sean dos!, cerró Miguel el trato cuando cayó en la cuenta.
Con los años hemos aprendido cuáles son las mejores y las peores sopas del mundo, pero antes no reparábamos en nada, salvo en el dinero que nos quedaba y algunas veces ni eso.
Heli, no te habia visto. Sigue con tu crónica, que ya la leeré cuando termines.
Pero antes de llegar a la estación, había que pasar por las Tres Cruces antes de que llegaran los pasos de la procesión y se llenaran los bares de gente. Preparándose para la habitual avalancha, los dueños de los bares quitaban las máquinas del tabaco y cerraban los servicios. ¡A cagar a la vía!, Te estaban queriendo decir entre líneas. Y a mear entre los coches o detrás de la fila de espectadores de la procesión. Eso si alguno no marchaba una miaja calentito…
Ya tenemos referencias de alguna de las consecuencias que aquellos calentones de vino tenían a las cinco de la madrugada: o el estómago revuelto o un hambre del copón que había que tratar de paliar en la estación de la Renfe, aunque fuera sin dinero.
Hubo años en que, incluso de solteros nos llegábamos a juntar cerca de veinte en la misma cuadrilla de vinos. Así que nada de “el mío con gas” o “corto de vino”. O todos tirios o todos troyanos.
Lo menos había 37 bares a ambos lados de la calle así que, como muchos recordaréis, aquella zona se ponía de bote en bote con el fin de que a los cofrades se les hiciera menos pesado el cargar con los hábitos y las cruces entre procesión y procesión. A alguno, como no anduviera listo para que no se la quitaran o se la escondieran, se le podía hacer ligero del todo.
Se trata de una planta perenne que puede alcanzar los 90 cm de altura, hojas lanceoladas, alternas, de color verde brillante en la haz y pálidas en el envés, borde entero o ligeramente dentado, superficie ondulada y con un pecíolo alado y alargado. Flores amarillas que se dan principalmente entre mayo y julio, aunque depende mucho de su situación geográfica. Las raíces suelen tener una longitud entre 20 y 30 cm, con un grosor entre 3 y 4 cm de diámetro, de corteza negra, resquebrajada y pulpa blanca. ... (ver texto completo)