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LA BOVEDA DE TORO: S. RAMOS Bóveda de Toro...

S. RAMOS Bóveda de Toro
La campaña del ajo se pone en marcha esta semana en las localidades productoras de la provincia, centradas fundamentalmente en municipios de Guareña y Tierra del Vino como La Bóveda de Toro, Villabuena del Puente, Fuentelapeña, Cuelgamures, El Maderal, Fuentesaúco o Fuentespreadas, entre otros. Aunque la cosecha coincide con las vísperas y prolegómenos de la Feria del Ajo de las fiestas de San Pedro de la capital no todos los ajeros acuden a este certamen, y los hay que prefieren comercializar directamente el producto desde el propio pueblo, con lo cual aseguran unos ingresos que en ocasiones pueden ser menores que si acudieran a las Tres Cruces capitalinas, pero que otros años sale rentable y siempre con menos riesgo.
«Yo desde hace años no voy ni a San Juan, en Salamanca, ni a San Pedro, a Zamora, pero sí es cierto que la referencia de precio se marcan en este tipo de ferias», subraya Leoncio, pionero este año en la recogida del producto en su pueblo, La Bóveda.
Las calles y plazas de los pueblos se llenan a partir de estos días de cientos de ajos recién cortados, que esperan a llegar a las experimentadas manos de los trenzadores, los encargados de confeccionar las ristras, con quince cabezas cada una agrupadas en hilos de similar tamaño. Es el caso de la familia Delgado-Hilario de La Bóveda de Toro. Venancia, Amelia, Segundo, Goyo y Leoncio, sentados en semicírculo en la penumbra del garaje de la casa se emplean a fondo durante largas jornadas para engarzar los brotes verdes antes de que sequen o se echen a perder por la putrefacción. «Antiguamente era un trabajo de mujeres, pero ahora, como tenemos igualdad de oportunidades, hay igualdad para el trabajo y mismas tareas», explican las dos veteranas damas que gozan de gran experiencia y habilidad en la rutinaria tarea del engarce ajero. «Por lo menos ahora ya no te llaman marica», asiente Segundo, que con esta frase refleja la importante evolución que han tenido las mentalidades en torno a la igualdad de género.
Su condición de jubilados no les impide ayudar en la economía familiar, en esta labor del campo al igual que otras muchas donde la ayuda de la tercera edad sigue siendo muy de agradecer por parte de los hijos que, como es el caso, son en realidad los titulares de la explotación. «Es un trabajo que no presenta grandes problemas pero hay que hacerlo enseguida, una vez sacado el ajo de la tierra, porque cuando se secan las hojas es cuando se pueden dañar las manos. Si se deja también aparece la podredumbre, la ristra se queda negra y ya nadie la quiere».
Como entendidos del asunto, aseguran que «los pequeños son los mejores» en cuanto al sabor y porque son los que mejor resisten la conservación, aunque reconocen que el cliente siempre prefiere «los gordos y terciados» por su presencia. En restauración y consumos altos, el tamaño grande se prefiere, «porque así hay que pelar menos dientes».
Recién iniciada la campaña pocos son los que se aventuran por ahora a estimar el precio de la ristra en el mercado. Cinco euros la ristra sería, por ejemplo, un precio justo para los agricultores, cotización que se alcanzó en San Pedro. «Yo aquí vendí a tres, dos y un euro, y creo que salí mejor que los de la Feria, porque ellos empezaron muy fuerte pero enseguida tuvieron que aflojar». Entretanto un grupo de jubilados hablaba en la plaza del pueblo sobre la campaña ajera y constataban la habitual discreción cuando se habla de precios, conversación en la que se tiende a hinchar un tanto las cifras reales, sobre todo cuando se llegan a mentar cifras como los seis euros por ristra.
En San Pedro estarán este año 327 puestos. La localidad que más cultivadores aporta es precisamente La Bóveda de Toro, con 54, seguida de Fuentelapeña y Villabuena del Puente, con 34, Cuelgamures con 29 y Fuentesaúco y El Maderal con 27. La Feria se celebra del sábado 27 al lunes 29 incluido.

aleujellac@live. nl