El sol llega al ocaso, y las sombras inundan las calles de El Piñero, las campanas guardan silencio mientras las gentes se recogen en sus casas, pues se acercan las once de la noche. Los canceles de la iglesia se abren de par en par. Levitando a menos de medio metro del suelo encabezando la fantasmagórica procesión el legendario carracon, creado hace más de cien años por las hábiles y nobles manos del carpintero, que al salir de su taller contemplaba el trinquete. En silencio va el carracon bajando ... (ver texto completo)
Gracias, Vientodel.