Las eras, aquellas que en otros tiempos al caer la tarde olían a polvo de paja de cebada triturada después de toda una tarde dando vueltas con el trillo sobre la parva. Bajo un sol que no quiere perderse el momento de doblegar los campos bajo su poder. Las yuntas de mulas a paso cansino sueñan con que termine la tarde y el sol se vaya allá donde se va todas las tardes. Que ya volverá al día siguiente y las encontrará de nuevo con distintos yugo, pero con la mismas colleras. No en la era, quizás en ... (ver texto completo)