El sol de la mañana, daba luz a los
campos de Castilla, el viento mecía los verdes trigales y los
pendones morados de un
pueblo que grita libertad. A eso del mediodía, serán pendones ensangrentados, trigales pisoteados, y Comuneros decapitados, que ya no gritan libertad. Lucharon por su pueblo, pero perdieron la lucha. Castilla no olvida, aquellos recios Comuneros, que en Villalar perecieron.