LOS INVITADOS
Hasta hace apenas unas décadas, la hospitalidad en la bodega con cualquier forastero, incluso desconocido, era proverbial. Ciertos abusos abrieron los ojos y escarmentaron a muchos, que aprendieron a excusarse.
Posiblemente la primera vez que el forastero visitase la bodega fuese un poco por caer bien o no parecer huraño, por no resultar antipático ante la tenaz insistencia de nuestros paisanos de la gorra, que parecía que se iban a ofender si se rechazaba su invitación, todos muy ... (ver texto completo)
Hasta hace apenas unas décadas, la hospitalidad en la bodega con cualquier forastero, incluso desconocido, era proverbial. Ciertos abusos abrieron los ojos y escarmentaron a muchos, que aprendieron a excusarse.
Posiblemente la primera vez que el forastero visitase la bodega fuese un poco por caer bien o no parecer huraño, por no resultar antipático ante la tenaz insistencia de nuestros paisanos de la gorra, que parecía que se iban a ofender si se rechazaba su invitación, todos muy ... (ver texto completo)