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Hallábase un niño con sus naricillas pegadas al cristal de la ventana. Había escuchado a la hora de la cena que ya llegaba la Navidad.
—Si estás mucho tiempo con las narices contra el cristal, se te van a quedar heladas —le dijo su mamá, que lo miraba a la vez que hacía las cosas.
—Estoy mirando a ver cuándo llega la Navidad, y no veo nada por ser de noche.
—La Navidad no llega por la calle —le dijo su mamá.
—Entonces, ¿por qué la gente en el pueblo adorna las puertas, ventanas y calles? —preguntó ... (ver texto completo)
Vientodel, gracias por ese trocito de turrón, y también por este cuento tan emotivo con el que nos a deleitado, mis felicitaciones por ello, mis mejores deseos para usted y su familia en estas navidades.
Hallábase un niño con sus naricillas pegadas al cristal de la ventana. Había escuchado a la hora de la cena que ya llegaba la Navidad.
—Si estás mucho tiempo con las narices contra el cristal, se te van a quedar heladas —le dijo su mamá, que lo miraba a la vez que hacía las cosas.
—Estoy mirando a ver cuándo llega la Navidad, y no veo nada por ser de noche.
—La Navidad no llega por la calle —le dijo su mamá.
—Entonces, ¿por qué la gente en el pueblo adorna las puertas, ventanas y calles? —preguntó ... (ver texto completo)
Feliz Nochebuena y Navidad a toda gente de bien.
Hallábase un niño con sus naricillas pegadas al cristal de la ventana. Había escuchado a la hora de la cena que ya llegaba la Navidad.
—Si estás mucho tiempo con las narices contra el cristal, se te van a quedar heladas —le dijo su mamá, que lo miraba a la vez que hacía las cosas.
—Estoy mirando a ver cuándo llega la Navidad, y no veo nada por ser de noche.
—La Navidad no llega por la calle —le dijo su mamá.
—Entonces, ¿por qué la gente en el pueblo adorna las puertas, ventanas y calles? —preguntó ... (ver texto completo)
Que grande es usted vientodel, cuanto más le leo, más me apasiona su lectura, muchas gracias.
Muchas gracias por sus palabras. Aprovechando las flechas que son. permitanme decirle que tome un trocito de turron y tenga usted Feliz Nochebuena
Aquel perro vagabundo, de pelo desdeñado, estaba en la loma contemplando su zona por donde deambulaba. Seguro que recordaba épocas de gran abundancia. Como se suele decir: “ataban los perros con longaniza, a falta de soga”

El día había sido gris. Por el rojo y blanco que se formaba en las nubes a la puesta del sol —llamado vacadesollada— el perro sabía que el frío venidero sería intenso. Por ello, buscó dónde refugiarse para pasar la noche.

Hecho un ovillo a la puerta de un pajar, soñaría con ... (ver texto completo)
Que grande es usted vientodel, cuanto más le leo, más me apasiona su lectura, muchas gracias.
Aquel perro vagabundo, de pelo desdeñado, estaba en la loma contemplando su zona por donde deambulaba. Seguro que recordaba épocas de gran abundancia. Como se suele decir: “ataban los perros con longaniza, a falta de soga”

El día había sido gris. Por el rojo y blanco que se formaba en las nubes a la puesta del sol —llamado vacadesollada— el perro sabía que el frío venidero sería intenso. Por ello, buscó dónde refugiarse para pasar la noche.

Hecho un ovillo a la puerta de un pajar, soñaría con ... (ver texto completo)
Mortecina lluvia caía en el Camposanto, cuando la puerta de forja chirriaba con la salida del último familiar que había estado acompañando a sus muertos. Paraguas en mano bajaba hacia el pueblo. Entre las paredes de piedra quedaban los brillantes panteones de granito y mármol adornados con crisantemos de multitud de colores y demás flores. Todas a cual más bellas.
Antes de que saliera el familiar, un búho chico se posó en la esquina más alejada de las paredes de piedra.
Todo es silencio. Ya entre ... (ver texto completo)
Habiéndose pasado San Mateo, el coso de la Glorieta da al cerrojazo. En el recuerdo nos queda lo acontecido en sus tardes de toros. El desembarque siempre es un espectáculo. Ver el comportamiento del toro de lidia cuando hay pocos estímulos para el animal. Me centraré en hacer mi particular comentario sobre el desembarque de la corrida de Garcigrande. (Se puede ver en Youtube) La presencia de los toros, bellísima. Sin ser cornalones, como serían para las plazas de las Ventas, Bilbao o Pamplona. Sus ... (ver texto completo)
Hace cuarenta años a las cinco de la tarde. Entraba en paseíllo triunfal, aquel que por derecho y méritos propios. Soñaba con llegar a lo más alto del escalafon de los toreros. Esta vez no pisaba la arena, iba en el feretro aizado por los brazos de amigos y compañeros que soñaban como él. A el, le entró en suerte el toro Burlero de pelaje negro girón. Que acomodaba en sus astas silenciosa la parca, con ansias de sentir que el torero exhalaba el último suspiro. El asta había rasgado el corazón del ... (ver texto completo)
Las aguas claras del Montoya van bajando. A su paso acarician berros, marisilvas y junqueras. En ellas se miran al espejo los chopos, álamos, olmos y algún saúco. Varios mirlos picotean en sus márgenes. Un ruinseñor posado en una rama de la arboleda trina y a veces se detiene para escuchar las suave canción del aguas. Mientras esto sucedía la tarde del día de Santiago, El Piñero seguia disfrutando de sus fiestas. Con bullicio, alegría, cordialidad y buen yantar, a ritmo de los compases de la charanga. ... (ver texto completo)
Amanecía la mañana con suave brisa fresca, esa que tantas veces soñaron los segadores. Por el sonido del motor de los primeros todoterreno que se aproximaban al lugar, alzaron el vuelo media docena de avutardas. Los campos comenzaban a despertar, pues aquellos vehículos anunciaron que volvería a suceder el acontecimiento extraordinario de la suelta de dos utreros. Todos los caminos eran válidos para agruparse en el inmenso círculo y zonas adyacentes. Las herraduras de los caballos golpean los cantos ... (ver texto completo)
Los toritos vienen los toritos van, los toritos marchan por el Arenal.
El agua del Montoya lava y refresca las pezuñas de los toros cuando lo cruzan en su marcha hacia el Arenal. Los caballos llevando sobre la grupa su jinetes pisan con más agresividad sobre el agua mansa cristalina y fresca. Los silbidos y las voces de los vaqueros en el amplio arenal y la sombra de los chopos de las huertas de ambos lados ayudan a que los toros se detengan. Hay una circunstancia añadida. En aquellos tiempos una ... (ver texto completo)
Todo aquello se perdió y fuimos a peor, este año toros gachos pequeños y malos
Un año más cuando comienza a rayar el sol por Valdeáguila, el repique de campanas hace que se lance en vuelo la cigüeña. En pocos días partirán hacia tierras lejanas. Con un brillo especial el sol, saluda a la silueta de las edificaciones de El Piñero. También a los madrugadores que hacen teñir las campanas anunciando la celebración de la festividad de Santa María Magdalena. Ya en lo alto el sol, y la cigüeña en su nido. Serán testigos de la procesión en honor a la patrona. Al dar la vuelta a la ... (ver texto completo)
Los toritos vienen los toritos van, los toritos marchan por el Arenal.
El agua del Montoya lava y refresca las pezuñas de los toros cuando lo cruzan en su marcha hacia el Arenal. Los caballos llevando sobre la grupa su jinetes pisan con más agresividad sobre el agua mansa cristalina y fresca. Los silbidos y las voces de los vaqueros en el amplio arenal y la sombra de los chopos de las huertas de ambos lados ayudan a que los toros se detengan. Hay una circunstancia añadida. En aquellos tiempos una ... (ver texto completo)
Un año más cuando comienza a rayar el sol por Valdeáguila, el repique de campanas hace que se lance en vuelo la cigüeña. En pocos días partirán hacia tierras lejanas. Con un brillo especial el sol, saluda a la silueta de las edificaciones de El Piñero. También a los madrugadores que hacen teñir las campanas anunciando la celebración de la festividad de Santa María Magdalena. Ya en lo alto el sol, y la cigüeña en su nido. Serán testigos de la procesión en honor a la patrona. Al dar la vuelta a la ... (ver texto completo)
Encabezando la marcha el cabestro rojo granizado, comenzaba el último encierro de los Sanfermines dos mil veinticinco. Le seguían los seis Miuras. tres de ellos cardenós oscuro. De los tres que restan. Uno cardeno claro, otro sardo y uno más cárdeno chorreado. Los otros tres mansos que arropaban la manada, berrendos capirotes en rojo y calzados. Uno de ellos caricano y otro estrellado. La nobleza de los miuras en la carrera no desdice la casta que llevan dentro y el peligro que entraña su presencia en el ruedo por la tarde. Todos cruzaron el ruedo hacia los chiqueros de la plaza. Cerrándose el último capítulo de los encierros en Pamplona por este año. Los que están por allí, que canten el pobre de mí. Los no asistentes esperaremos al año que viene para poder contemplar los encierros vía Internet ... (ver texto completo)