CASTROVERDE DE CAMPOS: TIERRA DE VINO - PAN Y QUESO:: PÀGINA Nº 3...

TIERRA DE VINO - PAN Y QUESO:: PÀGINA Nº 3

Salamanca, el encuentro entre Deza y Colón
En 1482 y 1483, Colón había intentado negociar con el Rey Juan II la financiación de una flota para buscar las Indias por el Atlántico, pero ni el portugués ni sus asesores creyeron factible aquel viaje. Entonces el genovés, desilusionado y enfadado, buscó el apoyo de los Reyes Católicos. Fue a principios de 1486 cuando Colón consiguió presentarles su proyecto. «Se vino a la corte y les hizo a los reyes relación de su imaginación, a la cual no daban mucho crédito. Les platicó, les dijo que era cierto lo que les decía. Y les enseñó el mapa del mundo, de manera que les generó el deseo de saber de aquellas tierras», contaba Bernáldez en la mencionada «Historia de los Reyes Católicos...», sin citar a Deza.

Los monarcas crearon una comisión de expertos matemáticos, cosmógrafos, astrónomos y filósofos para que determinasen si era posible llevar a cabo la idea del navegante. Entre estos se encontraba precisamente Diego de Deza, que fue prácticamente el único que creyó en la viabilidad del proyecto de Colón y el único que en un principio lo apoyó. Pero fue insuficiente y lo rechazaron. Isabel y Fernando andaban más preocupados por acabar con los últimos reductos nazaríes de Granada y finiquitar la Reconquista, que en empresas fantasiosas. «Todos ellos acordaron que era imposible lo que el almirante decía», informaba entonces Rodrigo Maldonado.

A pesar del varapalo, el genovés no desistió de su idea de alcanzar Asia desde Europa atravesando el Atlántico y se ganó a Deza para su causa. Desde ese mismo momento se convirtió en uno de sus principales valedores, iniciando una amistad que no rompería hasta el día de su muerte. «Siempre, desde que yo vine a Castilla, me ha favorecido y deseado mi honra», añadía Colón en otra de aquellas cartas. Tal es así que, en noviembre de 1486, su amigo consigue introducirle en la corte para que pueda acompañar a los Reyes en su viaje hasta Salamanca y persistir en sus argumentos. Allí se establece Colón al abrigo del fraile, que le buscó aposento en el convento de San Esteban y cubrió todos sus gastos durante los años de indecisión que siguieron al primer rechazo.

En este convento, en el que Diego de Deza estaba activamente inmerso, no sólo se enseñaba Teología o Derecho canónico, también otras ciencias. El resto de frailes conocían y estudiaban la obra «Sphoera», de Leonardo Dati, en la que se defendía que la Tierra era redonda. Esto facilitó la comprensión de las ideas de Colón, que entusiasmaron a su nuevo amigo, el cual no dudo en comenzar a hacer gestiones ante Isabel y Fernando para convencerles de la viabilidad de la propuesta del genovés.

En la «Historia de las Indias» que el cronista Bartolomé de las Casas (1474-1566) empezó a escribir en 1527, se hace la primera referencia de lo dicho anteriormente por el genovés, en un primer intento por sacar a la luz ese testimonio de primera mano: «En una carta de Colón dirigida a los Reyes dice que el maestro del príncipe Juan −es decir, Diego de Deza− había sido la causa de que los Reyes tuvieran las Indias». Se confirmaba la idea que tenía Colón de que sin la defensa de su proyecto por parte del famoso fraile la expedición, posiblemente, no se habría producido.

La amistad profesada por Deza, por lo tanto, fue decisiva en la corte de Castilla para que se aceptara finalmente que este emprendiera su viaje. La mayoría de los expertos en materia de navegación que asesoraban a los Reyes Católicos siguieron rechazando el plan, mientras Deza resistía contra viento y marea en su defensa durante los momentos más difíciles. Incluso consiguió que le concediera al navegante su primer sueldo en la Corte: 10.950 maravedíes. Y Colón pudo seguir visitando Salamanca, con el objetivo de facilitar la comprensión de su idea con el apoyo del obispo como principal mediador ante sus opositores en el terreno científico. Así lo refería fray Fernando de Anaya en su «Historia del convento de Salamanca»: «Cuando estuvo en Salamanca, no solo le favorecieron los religiosos dominicos de San Esteban. Deza le hospedaba y mantenía en la corte, y fue su principal protector con los Reyes para llevar adelante su empresa. Por eso decía Colón que fue la causa de que sus majestades tuvieses las Indias».

NAZARIO MATOS.


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