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CASTROVERDE DE CAMPOS: PÀGINA.- 3ªMuchos son los lugares comunes asociados...

PÀGINA.- 3ªMuchos son los lugares comunes asociados a la Edad Media. No sólo los relativos a sus tiránicas formas políticas y a la violencia del sistema. También a su aislamiento, su ausencia de curiosidad y su temor reverencial a cualquier cambio. Sin embargo, un somero recorrido por algunos de sus rasgos distintivos revela que la modernidad no se construyó contra lo medieval. La investigación reciente y los hallazgos de la arqueología muestran que la Edad Media fue mucho más que una Europa cristiana encerrada en sus fronteras defendiéndose de sus enemigos. Fue una sociedad dinámica, tanto económica como culturalmente, donde las personas, los objetos y las ideas viajaron más allá de los confines de lo conocido. Las cruzadas y las peregrinaciones entre Oriente y Occidente, de Jerusalén a Santiago de Compostela, se evocan al instante, contribuyendo además a fijar la imagen tópica. Pero la Edad Media no es solo europea y cristiana. Es un mundo global e interconectado. Además de personajes singulares como Marco Polo, otros muchos transitaron las rutas de la seda y los caminos terrestres y marítimos, en todos los sentidos y desde fechas muy tempranas, y se establecieron en lugares lejanos. Sofisticados análisis han permitido conocer el origen chino de dos esqueletos descubiertos en un cementerio en Londres de época bajoimperial o de los primeros siglos medievales; las sagas islandesas narran las expediciones vikingas a Groenlandia en el siglo X; los relatos de los enviados por los reyes cristianos a Oriente —como el de Guillermo de Rubruck, embajador en 1253 de Luis IX de Francia ante los mongoles, o el de Ruy González de Clavijo a Samarcanda, enviado en 1403 por Enrique III de Castilla— se refieren a desconocidas comunidades occidentales previamente establecidas. Las primeras universidades establecieron un sistema de títulos y grados como magíster o doctor que constituyen aún los jalones fundamentalesTambién la movilidad de los objetos refleja ese mundo globalizado: granates de Sri Lanka en joyas merovingias, cristal de roca tallado procedente de Egipto en los tesoros de las grandes catedrales occidentales, monedas de oro bizantinas encontradas en tumbas en China, abalorios del este de Java encontrados en puertos controlados por Bizancio. Un barco hundido construido en la península arábiga y descubierto en 1998 junto a la isla de Belitung, en el mar de Java, confirma el intercambio a larga distancia entre el califato abasí y la dinastía Tang en el siglo IX: 60.000 piezas de finísima cerámica china extraordinariamente preservadas, oro, plata, especias y resinas constituyen un tesoro único que habría, probablemente, obligado a Voltaire a revisar su afirmación sobre las baratijas medievales. NAZARIO MATOS..