Muchas historias se han contado esperando la vez para llenar los cantaros de esta fuente. Muchas manos se han quedado heladas en invierno esperando lo mismo. En los años cincuenta te llevabas el agua de aquí, de El Alcazar, del Convento de los Frailes o del Cuartel de la guardia Civil. No había agua corriente en el pueblo. Casi todas las casas tenían pozo, pero el agua era más que sosa.