Los hombres, cuando somo niños, nos creemos invencibles guerrero que, libres de miedo, enfrentan desafíos incontables...
Muchos niños, cuando se hacen hombres, creen que éstos fueron tan sólo sueños y prefieren olvidarlos.
Existen, sin embargo, quienes jamás dejamos de soñar y vivimos esperando la
señal del destino, cuando las almenaras iluminen el horizonte y la dama de los vientos acaricie las velas de nuestras naves, cuando levantaremos nuestras espadas para seguir a la que las guiara a
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