CUANDO LOS GALLOS TENIAN BUENA MEMORIA.
En una Villa de la Castilla Profunda, donde la sequía se tenía presente, por su polvoriento ambiente, hubo una familia con bastantes hijos, que tenían siempre buenos melonares, y dicen que, durante el mes de septiembre sobre sus últimas fechas, se arrancaban las parras de dicho melonar, y con ellas la hermosas gigantas o girasoles. Con sus pies de tallo fuertes, que algunos vecinos de aquellas tierras se llevaban a sus casas, unos para quemarlas en las cocinas ... (ver texto completo)
En una Villa de la Castilla Profunda, donde la sequía se tenía presente, por su polvoriento ambiente, hubo una familia con bastantes hijos, que tenían siempre buenos melonares, y dicen que, durante el mes de septiembre sobre sus últimas fechas, se arrancaban las parras de dicho melonar, y con ellas la hermosas gigantas o girasoles. Con sus pies de tallo fuertes, que algunos vecinos de aquellas tierras se llevaban a sus casas, unos para quemarlas en las cocinas ... (ver texto completo)