HEREDARAS LA TIERRA.
Como un camino con pocas salidas, donde la esperanza fluye por algunos rincones, se escuchaba la voz del abuelo, que lanzaba a diario sus buenos sermones, como si fuera una seria advertencia que calara en sus corazones, “Heredaras la tierra con sus producciones”, cuantas veces repetido el abuelo comentaba a su nietos sus razones, cuantas noches hablando sobre aquella camilla con faldas y un brasero se escuchaban sus lecciones. Eran tiempos de luchar por seguir en la ruta de aquel campo castellano, de mirar a las estrellas, de cruzar dedos para que el hielo no llegará en mayo, Siempre al final el abuelo soltaba su pequeño discurso, “Heredaras la tierra”. Que palabras más bien dichas, aunque la juventud pasaba de ellas, Años más tarde, una maleta y un billete de tren les valía a aquellos nietos para iniciar su viaje a lo desconocido, Unos para Vascongadas, otros para Cataluña, y los más aventureros camino del extranjero, Aquellas palabras las llevaban en su mente, aunque no querían escucharlas, era regresar a sus orígenes, de aquel pueblo castellano que inicio su mecanización, y sobraba toda la mano de obra de aquella agricultura atrasada, Han pasado muchos años, se han perdido razones, se han visto otras promociones, y quizá aquella gente subió peldaños. Fue emigración forzosa, no quedaba otro camino, había que buscar el pan donde fuera más fácil el encontrarlo, hoy todavía en plan de cachondeo se suele decir. Heredaras la tierra. Ya aquellas pequeñas fincas o parcelas no sirven para poder vivir todo el año de su producción, fue una época de mano de obra barata, también se pudo salir libremente de aquellos pueblos que hoy en día están medio despoblados. El cambio climático viene deprisa llegando, estamos poco preparados para salir adelante con sus efectos dañinos, la resistencia o el progreso, quizá puedan frenarlo, cosa difícil, más habrá que intentarlo. G X Cantalapiedra.
Como un camino con pocas salidas, donde la esperanza fluye por algunos rincones, se escuchaba la voz del abuelo, que lanzaba a diario sus buenos sermones, como si fuera una seria advertencia que calara en sus corazones, “Heredaras la tierra con sus producciones”, cuantas veces repetido el abuelo comentaba a su nietos sus razones, cuantas noches hablando sobre aquella camilla con faldas y un brasero se escuchaban sus lecciones. Eran tiempos de luchar por seguir en la ruta de aquel campo castellano, de mirar a las estrellas, de cruzar dedos para que el hielo no llegará en mayo, Siempre al final el abuelo soltaba su pequeño discurso, “Heredaras la tierra”. Que palabras más bien dichas, aunque la juventud pasaba de ellas, Años más tarde, una maleta y un billete de tren les valía a aquellos nietos para iniciar su viaje a lo desconocido, Unos para Vascongadas, otros para Cataluña, y los más aventureros camino del extranjero, Aquellas palabras las llevaban en su mente, aunque no querían escucharlas, era regresar a sus orígenes, de aquel pueblo castellano que inicio su mecanización, y sobraba toda la mano de obra de aquella agricultura atrasada, Han pasado muchos años, se han perdido razones, se han visto otras promociones, y quizá aquella gente subió peldaños. Fue emigración forzosa, no quedaba otro camino, había que buscar el pan donde fuera más fácil el encontrarlo, hoy todavía en plan de cachondeo se suele decir. Heredaras la tierra. Ya aquellas pequeñas fincas o parcelas no sirven para poder vivir todo el año de su producción, fue una época de mano de obra barata, también se pudo salir libremente de aquellos pueblos que hoy en día están medio despoblados. El cambio climático viene deprisa llegando, estamos poco preparados para salir adelante con sus efectos dañinos, la resistencia o el progreso, quizá puedan frenarlo, cosa difícil, más habrá que intentarlo. G X Cantalapiedra.