LA SECA SUS LIMITES DE VIÑEDOS
La Seca, antigua, Seca, La, y hace más de cinco siglos La Tala. Lugar por donde corría el Rio. La Perdiz. No muy cerca del Río Duero, sus terrenos de árboles de distintas clases, en lo que hoy ocupa esa villa y termino, fueron talados, para recuperar a Medina del Campo de tres incendios pavorosos, algunos producidos intencionadamente por ser Medina Ciudad Comunera, y dar sus cañones a las huestes de Juan Bravo, para defender Segovia, del ataque imperial contra el cerco de esa ciudad castellana, y hoy día permanecen en el Alcázar de Segovia como recuerdo de aquella época tan dura para Castilla. Medina del Campo donde su escudo actual nos cuenta cómo fue su historia de entonces, y los tres incendios provocados para castigar su conducta de Hermandad, con los pueblos que no querían ser mal gobernados. Para reconstruir Medina y sus viviendas, talaron todo el Monte Iniesto, y el Monte Pedroso. Y se continuó labrando las viñas, del contorno de Valdiruelo, con sus bodegas al lado, En el siglo XVIII, los viñedos ocupaban casi todo el término, incluido lo que pertenecía a la Villa de San Martín, abandonada por una peste negra. Y según comentarios de personas mayores cuando yo fui niño, decían que llegaban los majuelos hasta las tapias de la villa, que fue reconocida Villazgo, el año 1629, y gracias a Don Alonso Cantalapiedra, se pudieron pagar 6, 900,000. Maravedíes, para obtener dicho titulo de Villa. Que tenía la mayoría de su terreno en viñedos de la clase de Verdejo. Donde en su antiguo enclave, que fue La Perdiz, ya tuvieron siglos antes esa clase de uva pequeñita y dulce, que se conservaba en los lugares más dispares de las viviendas de entonces. La Historia se repite, y decía una canción de esa época, “Y dicen que a los borrachos les van a tener envidia, las tierras de remolacha las van a plantar de Viñas”. G X Cantalapiedra.
La Seca, antigua, Seca, La, y hace más de cinco siglos La Tala. Lugar por donde corría el Rio. La Perdiz. No muy cerca del Río Duero, sus terrenos de árboles de distintas clases, en lo que hoy ocupa esa villa y termino, fueron talados, para recuperar a Medina del Campo de tres incendios pavorosos, algunos producidos intencionadamente por ser Medina Ciudad Comunera, y dar sus cañones a las huestes de Juan Bravo, para defender Segovia, del ataque imperial contra el cerco de esa ciudad castellana, y hoy día permanecen en el Alcázar de Segovia como recuerdo de aquella época tan dura para Castilla. Medina del Campo donde su escudo actual nos cuenta cómo fue su historia de entonces, y los tres incendios provocados para castigar su conducta de Hermandad, con los pueblos que no querían ser mal gobernados. Para reconstruir Medina y sus viviendas, talaron todo el Monte Iniesto, y el Monte Pedroso. Y se continuó labrando las viñas, del contorno de Valdiruelo, con sus bodegas al lado, En el siglo XVIII, los viñedos ocupaban casi todo el término, incluido lo que pertenecía a la Villa de San Martín, abandonada por una peste negra. Y según comentarios de personas mayores cuando yo fui niño, decían que llegaban los majuelos hasta las tapias de la villa, que fue reconocida Villazgo, el año 1629, y gracias a Don Alonso Cantalapiedra, se pudieron pagar 6, 900,000. Maravedíes, para obtener dicho titulo de Villa. Que tenía la mayoría de su terreno en viñedos de la clase de Verdejo. Donde en su antiguo enclave, que fue La Perdiz, ya tuvieron siglos antes esa clase de uva pequeñita y dulce, que se conservaba en los lugares más dispares de las viviendas de entonces. La Historia se repite, y decía una canción de esa época, “Y dicen que a los borrachos les van a tener envidia, las tierras de remolacha las van a plantar de Viñas”. G X Cantalapiedra.