3 meses GRATIS

LA SECA: AQUELLA TARDE DE OTOÑO...

AQUELLA TARDE DE OTOÑO
Un camión en la bodega dice que a nadie esperaba, un hombre con su maleta en su cabina montaba, setenta años se han pasado, de aquella fecha obligada, el hambre que nunca espera busca metas endiabladas. Era finales de septiembre, cuando la tarde brillaba, un hombre fingiendo pena, de La Seca se marchaba, para la zona del norte donde trabajo encontraba, Santander como destino de su nueva encrucijada, atrás dejaba raíces envueltas en frases raras, y sus nuevas directrices eran ver las cosas claras. Buscando siempre al futuro, soñando con la esperanza, sin tener jamás un duro se relleno de templanza. La vida le dio esperanza sin pedirle nada a cambio, no tuvo nunca vagancia ni quiso ser ordinario. Santander mar de Castilla, desde niño me contaron, entre mi gente sencilla gente para allí marcharon. Cuando soñamos con vientos cruzando ciertas montañas, tememos los sufrimientos y ver las horas extrañas. Eran tiempos de emigrantes, era recorrer España, y ver penosos instantes mientras que nadie te engaña. Las maletas de madera son huellas de muchas casas, en vagones de tercera las ilusiones se marchan. Camiones de Santander que cruzaban la montaña, eran tiempos del ayer que se llevan en la entraña. Noches con puro café, sin conocer ni una cama, la vida no era un placer tan solo buscabas calma. Cuantos sueños están rotos, cuantas mentes trastocadas, la vida te pone cotos en sus horas marginadas. Dicen que existen embrujos, hablan de frases paganas, el presumir de los lujos te ofrecen las horas vanas. Cuantas gentes en septiembre se fueron de madrugada, quizá también en noviembre buscaron la vida honrada. G X Cantalapiedra.