LA SECA: UN DÍA AQUEL PREGONERO...

UN DÍA AQUEL PREGONERO
Un tamboril resistente a cantidad de pregones era un recuerdo de siempre que llegaba a los rincones. Las personas esperando ese ruido que anunciaba, que pagaban las pensiones y la fiesta se esperaba. Anunciando nuevos tiempos en una España anticuada, eran muchos los pregones que la moral levantaban. El subsidio familiar cuantas trampas se pagaban, Aquel hombre pregonero con amor se le esperaba, Anuncio contribuciones que los bolsillos notaban, y con otras inspecciones todo el pueblo lamentaba, Repicaba aquellas tardes que hoy me parecen lejanas, no fueron toques de balde sobre esquinas lasecanas. El pueblo entero esperando ciertas leyes que arreglaran, lo que se estaba esperando y que a su gente formaran. Por orden de no sé quien aquel pregón se lanzaba, a veces era temido si la libertad cortaba. Cuantas esquinas vibraron con aquellas ordenanzas, cuantos sueños se arruinaron y nunca usaron balanzas. Un buen día el pregonero dijo que de allí marchaba, no era un hombre aventurero, aunque muy poco ganaba. Pregonero sin lamentos en las tardes bien llegadas, temblaban los sufrimientos cuando el tamboril sonaba. Muchas veces los lamentos en el aire se quedaban, entre sufridos momentos que sobre el hombro cargaban. Historias que dejan huellas en las calles lasecanas, en las mañanas aquellas se oyeron palabras vanas. No puedes romper la historia de la tierra castellana, solo vale hacer memoria sin ver la vida profana. Amarrados al pasado, sin tamboril ni besana, el hombre se ve marcado por vivir su vida sana. Los recuerdos se marcharon con sonidos de campanas, dicen que nunca dejaron algunas palabras vanas. G X Cantalapiedra.