LA SECA: EL TÍO EMPECINADO...

EL TÍO EMPECINADO
Nunca fue un hombre cobarde
ni le faltaron arrestos,
ni su lucha fuera en balde
con aquellos sufrimientos.
Ya se pasaron dos siglos
que aquel hombre fue soldado,
se marchó con sus sigilos
para sentirse encantado.
En La Calle del Paseo
aquel hombre se ha formado,
y sin pisar un museo
se alisto al Empecinado.
Toda la guerra luchando
contra el francés invasor,
en su piel se fue quedando
lo que era ser luchador.
Cuando se acabó la guerra
a La Seca regreso,
allí labrando la tierra
el pasado no peso.
Hombre rudo y penitente,
puso en la guerra su honor,
sin declararse valiente
si le sobraba valor.
Tuvo su apodo constante
y allí nadie le insulto,
en su camino arrogante
su vivir no disgusto.
El Tío Empecinado
supo demostrar su honor,
en aquel tiempo marcado
hubo que tener valor.
Por La Calle del Paseo
me dicen que allí murió,
era un hombre con deseo
que a su España defendió.
Una calle de silencio
que apenas daban valor,
quizá nunca tuvo precio
con la triste emigración.
G X Cantalapiedra.