CUENTAN LAS VIEJAS HISTORIAS
Un día de esos de invierno castellano frío del mes de enero de hace muchos años, un abuelo contaba a su nieto una historia, que, al contarla con detalle, el nieto se sorprendió, aun sabiendo que los hombres algunos no eran buenos, y que cuando entraban en guerra los odios salían a relucir. El abuelo le comentó, hace muchos años hubo una guerra entre dos países vecinos, el ejercito invasor se apodero del país, por no tener buenos gobernantes, y en poco tiempo se hizo casi el dueño de ese territorio, más el país invadido que resulto ser perjudicado, y poco a poco fue expulsando al ejecito invasor, En cierta batalla de aquella guerra, participaron muchos hombres de aquel pueblo, y con el sabor de la victoria, se recupero el dominio de aquel territorio castellano, haciendo muchos prisioneros, entre ellos fueron conducidos y encadenados hasta dicho pueblo, que al estar prisioneros de guerra, fueron maltratados, y el abuelo le contaba al nieto, que según su abuelo le dijo, desaparecieron bajo tierra, sin saber en qué lugar quedaron enterrados. El nieto se asustó al escuchar tan dura historia. Años más tarde un amigo estando de paseo por la parte alta de aquel pueblo, Le vino a contar la misma historia, y el nieto pensó que su abuelo le había dicho la verdad. Era duro saber que allí en aquel lugar que parecía pacifico, se desarrollara tan mala experiencia. El nieto nunca más quiso hablar del tema con su abuelo, ni quiso sacar a relucir a nadie dicho tema, Aunque el abuelo antes de morir, le volvió a contar en su lecho de muerte, algo más de dicha historia, que siendo dura y cruel parece que fue realidad. Hay historias que avergüenzan a las personas normales de cualquier lugar, por eso son leyendas que no están escritas en los libros de dichos pueblos, para no levantar fantasmas del pasado, aunque haga siglos de aquello. G X Cantalapiedra.
Un día de esos de invierno castellano frío del mes de enero de hace muchos años, un abuelo contaba a su nieto una historia, que, al contarla con detalle, el nieto se sorprendió, aun sabiendo que los hombres algunos no eran buenos, y que cuando entraban en guerra los odios salían a relucir. El abuelo le comentó, hace muchos años hubo una guerra entre dos países vecinos, el ejercito invasor se apodero del país, por no tener buenos gobernantes, y en poco tiempo se hizo casi el dueño de ese territorio, más el país invadido que resulto ser perjudicado, y poco a poco fue expulsando al ejecito invasor, En cierta batalla de aquella guerra, participaron muchos hombres de aquel pueblo, y con el sabor de la victoria, se recupero el dominio de aquel territorio castellano, haciendo muchos prisioneros, entre ellos fueron conducidos y encadenados hasta dicho pueblo, que al estar prisioneros de guerra, fueron maltratados, y el abuelo le contaba al nieto, que según su abuelo le dijo, desaparecieron bajo tierra, sin saber en qué lugar quedaron enterrados. El nieto se asustó al escuchar tan dura historia. Años más tarde un amigo estando de paseo por la parte alta de aquel pueblo, Le vino a contar la misma historia, y el nieto pensó que su abuelo le había dicho la verdad. Era duro saber que allí en aquel lugar que parecía pacifico, se desarrollara tan mala experiencia. El nieto nunca más quiso hablar del tema con su abuelo, ni quiso sacar a relucir a nadie dicho tema, Aunque el abuelo antes de morir, le volvió a contar en su lecho de muerte, algo más de dicha historia, que siendo dura y cruel parece que fue realidad. Hay historias que avergüenzan a las personas normales de cualquier lugar, por eso son leyendas que no están escritas en los libros de dichos pueblos, para no levantar fantasmas del pasado, aunque haga siglos de aquello. G X Cantalapiedra.