HABLANDO CON LA MADRE
NATURALEZA
Voy recorriendo caminos por diferentes lugares, sin entender de los signos me gusta escuchar cantares. La Madre Naturaleza tiene sus signos presentes, tememos su fortaleza y sus gritos imponentes. Dicen que llega dañando muchos y viejos caminos, donde se aleja gritando con sus grandes desatinos. Viene dejando sus huellas entre brisas calurosas, si miramos las estrellas las vemos todas hermosas. La Madre Naturaleza marca deprisa su llanto, y se quita la pereza lanzando su sobresalto. Volcanes y terremotos son sus verdades despiertas, ella nos deja sus cotos cerrando puertas abiertas. Temblamos entre temores si la tierra se lamenta, y sufrimos los dolores cuando la ansiedad aumenta. La Madre Naturaleza quiere marcarnos destino, y muestra gran aspereza si logramos otro signo. No se siente disgustada cuando retiemblan los polos, ni teme la encrucijada de los pueblos con sus logros. Puede que se canse un día de ver tantos desatinos, y nos deje su agonía sin poder escuchar trinos. La Madre Naturaleza nada sabe de leyendas. Ni conoce la pereza ni quiere ponerse vendas. Un grito de fantasía va recorriendo las calles, dicen que teme agonía sin explicar los detalles. G X Cantalapiedra.
NATURALEZA
Voy recorriendo caminos por diferentes lugares, sin entender de los signos me gusta escuchar cantares. La Madre Naturaleza tiene sus signos presentes, tememos su fortaleza y sus gritos imponentes. Dicen que llega dañando muchos y viejos caminos, donde se aleja gritando con sus grandes desatinos. Viene dejando sus huellas entre brisas calurosas, si miramos las estrellas las vemos todas hermosas. La Madre Naturaleza marca deprisa su llanto, y se quita la pereza lanzando su sobresalto. Volcanes y terremotos son sus verdades despiertas, ella nos deja sus cotos cerrando puertas abiertas. Temblamos entre temores si la tierra se lamenta, y sufrimos los dolores cuando la ansiedad aumenta. La Madre Naturaleza quiere marcarnos destino, y muestra gran aspereza si logramos otro signo. No se siente disgustada cuando retiemblan los polos, ni teme la encrucijada de los pueblos con sus logros. Puede que se canse un día de ver tantos desatinos, y nos deje su agonía sin poder escuchar trinos. La Madre Naturaleza nada sabe de leyendas. Ni conoce la pereza ni quiere ponerse vendas. Un grito de fantasía va recorriendo las calles, dicen que teme agonía sin explicar los detalles. G X Cantalapiedra.