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LA SECA: CUANDO LOS NOVILLOS ERAN A FINALES DE AGOSTO...

CUANDO LOS NOVILLOS ERAN A FINALES DE AGOSTO
Corrían tiempos tranquilos, sobre campos lasecanos, eran ciertos los disgustos de aquellos novillos bravos. Encierros a campo abierto, a veces con escapadas, los novillos daban viento de unas gozosas jornadas. Eran sueños de toreros, fueron vacas toreadas, con gestos aventureros se pasaban las jornadas. El vino siempre presente en los momentos más largos, no era sueño penitente el beber tragos amargos. Por la Calle El Pozo Bueno, los toros pasan de largo, luego sufren el veneno de recibir ciertos palos. La Seca tiene memoria, El Hospital fue su amparo, los encierros en mañana nunca fueron un calvario, Novillos que se vivieron con sombras de un tiempo raro, a muchos les sorprendieron al ver el camino claro. Cuanto vino por las peñas, cuanto humano desbordado, entre las gentes risueñas nadie brindaba obligado. Era a finales de agosto, con el verano acabado, estaba quemado el rostro y los cereales guardados. Las viñas daban agraces, las sandias si brillaron, los mozos eran capaces de hacer bailes que encantaron. Aquellos bravos novillos, aquellos hombres sin miedo, aquellos pueblos sencillos cada cual tuvo su credo. Han pasado muchos años, hoy son distintos viñedos, quizá se sufrieron daños sobre los viejos majuelos. Por las noches refrescaba con temidos aguaceros, en las calles se cantaban solo los gritos toreros. Como ha cambiado La Seca, hoy es distinto su suelo, cada cual toca su tecla en un rumbo pasajero. Novillos que fueron fechas que guardamos con esmero, quizá dejaron las brechas en el hombre aventurero. Cuando se escribe el pasado sin añorar algún muerto, te sientes muy disgustado al ver el momento incierto.
G X Cantalapiedra.