HABLÉ CON DOS EXCOMBATIENTES
Fueron dos excombatientes
que nacieron en La Seca,
los dos pisaron el frente
de aquella maldita guerra.
En aquella guerra mundial
los dos temiendo su suerte,
y sin contar con su moral
vieron de cerca la muerte.
Voluntarios obligados
sin dejarles más salida,
hombres duros y anegados
que temieron por su vida.
En el frente de Polonia
conocieron bien su frío,
conservaba su memoria
ver el hielo en algún río.
Una trinchera de miedo
congelada por el frío,
viendo a un soldado canario
que cayó sin ser herido.
Una sonrisa en su cara,
con el arma en su destino,
la muerte marcó su garra
con su penoso mal signo.
Cuando volvieron a España
con su sentimiento herido,
aquella guerra era extraña
y aquel tiempo fue perdido.
Su historia me la contaba
fabricando ciertos tinos,
vi en sus ojos que brillaba
los penosos desatinos.
El otro me lo contaba
en una tasca de vinos,
la mente les reclamaba
no querer vivir delirios.
G X Cantalapiedra.
Fueron dos excombatientes
que nacieron en La Seca,
los dos pisaron el frente
de aquella maldita guerra.
En aquella guerra mundial
los dos temiendo su suerte,
y sin contar con su moral
vieron de cerca la muerte.
Voluntarios obligados
sin dejarles más salida,
hombres duros y anegados
que temieron por su vida.
En el frente de Polonia
conocieron bien su frío,
conservaba su memoria
ver el hielo en algún río.
Una trinchera de miedo
congelada por el frío,
viendo a un soldado canario
que cayó sin ser herido.
Una sonrisa en su cara,
con el arma en su destino,
la muerte marcó su garra
con su penoso mal signo.
Cuando volvieron a España
con su sentimiento herido,
aquella guerra era extraña
y aquel tiempo fue perdido.
Su historia me la contaba
fabricando ciertos tinos,
vi en sus ojos que brillaba
los penosos desatinos.
El otro me lo contaba
en una tasca de vinos,
la mente les reclamaba
no querer vivir delirios.
G X Cantalapiedra.