ABRAZANDO LA ESPERANZA
Abrazamos la esperanza buscando caminos nuevos, no queremos la templanza de los llamados infiernos. Soñamos con ser más libres, no queremos tiempos negros, dicen que a veces escriben sobre caminos inciertos. Las luces de algunas calles saben de llantos eternos, y conocen los detalles de los besos que son tiernos. Abrazamos la esperanza como quien sueña consuelo, si tememos esa danza que nos deja a ras de suelo. La pandemia va aumentando con sus signos nunca buenos, dicen que viene dejando muchos y malos venenos. La Seca siente la espera, no quiere sentir más miedo, supo de la primavera entre algún sufrido enredo. La pandemia va buscando muchos contagios a pelo, para así volar marcando el llanto sobre este suelo. La Seca teme su fuerza al no ponerla un gran freno, la epidemia se refuerza como si fuera un mal cieno. Nadie quiere ser esclavo, ni busca nuevo sendero, la pandemia tiene el clavo de ser por siempre de acero. Las mentes siguen despiertas, despiertos con miedo dentro, cerrar deprisa las puertas que el virus busca su centro. Hay caminos dolorosos, y senderos al infierno, en los momentos dichosos temes que llegue el invierno. La pandemia deja muertos por las tierras de Castilla, sobre los pueblos sedientos sufre su gente sencilla. Existen ciertos lamentos que se llevan en el alma, cuando se cuentan los muertos algo dentro te reclama. La Madre Naturaleza nos deja viejas razones, y vemos su fortaleza y tememos sus acciones. Estos tiempos de esperanza que vivimos con temores, nadie quiere hacer balanza ni comprobar los dolores. El mañana le esperamos entre nubes tormentosas, dicen que a veces soñamos con sus flores más hermosas. Sin perder las esperanzas ni pensar en el fracaso, la pandemia con sus danzas quisiera cortar el paso. Hospitales al completo entre personas sufriendo, la epidemia tiene el veto de ver los pueblos muriendo. Abrazando la esperanza caminan los labradores, sin querer hacer balanza de sus temidos errores. G X Cantalapiedra.
Abrazamos la esperanza buscando caminos nuevos, no queremos la templanza de los llamados infiernos. Soñamos con ser más libres, no queremos tiempos negros, dicen que a veces escriben sobre caminos inciertos. Las luces de algunas calles saben de llantos eternos, y conocen los detalles de los besos que son tiernos. Abrazamos la esperanza como quien sueña consuelo, si tememos esa danza que nos deja a ras de suelo. La pandemia va aumentando con sus signos nunca buenos, dicen que viene dejando muchos y malos venenos. La Seca siente la espera, no quiere sentir más miedo, supo de la primavera entre algún sufrido enredo. La pandemia va buscando muchos contagios a pelo, para así volar marcando el llanto sobre este suelo. La Seca teme su fuerza al no ponerla un gran freno, la epidemia se refuerza como si fuera un mal cieno. Nadie quiere ser esclavo, ni busca nuevo sendero, la pandemia tiene el clavo de ser por siempre de acero. Las mentes siguen despiertas, despiertos con miedo dentro, cerrar deprisa las puertas que el virus busca su centro. Hay caminos dolorosos, y senderos al infierno, en los momentos dichosos temes que llegue el invierno. La pandemia deja muertos por las tierras de Castilla, sobre los pueblos sedientos sufre su gente sencilla. Existen ciertos lamentos que se llevan en el alma, cuando se cuentan los muertos algo dentro te reclama. La Madre Naturaleza nos deja viejas razones, y vemos su fortaleza y tememos sus acciones. Estos tiempos de esperanza que vivimos con temores, nadie quiere hacer balanza ni comprobar los dolores. El mañana le esperamos entre nubes tormentosas, dicen que a veces soñamos con sus flores más hermosas. Sin perder las esperanzas ni pensar en el fracaso, la pandemia con sus danzas quisiera cortar el paso. Hospitales al completo entre personas sufriendo, la epidemia tiene el veto de ver los pueblos muriendo. Abrazando la esperanza caminan los labradores, sin querer hacer balanza de sus temidos errores. G X Cantalapiedra.