LA SECA: Gracias Nelba por tu buena critica, la historia es...

EXPLOTO LA BOMBA DE TORMENTA. DEJANDO DOS MUERTOS EN LA SECA, VALLADOLID, A MEDIADOS DEL MES DE AGOSTO

Corrían los años 1950, cuando en aquel verano seco y tormentoso, se lanzaban bombas a las nubes, para que el pedrisco, no fuera tan dañino para la agricultura, desde la puerta de unas casetas blancas y pequeñas, se efectuaba dicho lanzamiento, pero no todo eran explosiones, algunas de las bombas lanzadas, tomaban altura sin que su objetivo, que era explotar, se hiciera efectivo. Algunas bombas caían al suelo, sin a ver echo su trabajo, de antigranizo, y quedaban entre viñedos y cereales, esperando que fueran recogidas por los guardas del campo, cosa que solía ser verdad. Más aquel fatídico verano fallo el calculo, y dos hermanos huérfanos de padre, que vivian en la esquina de la calle de Medina, con su madre, recogieron una de esas terribles armas, y en vísperas de las fiestas de novillos, que eran la mayor festividad que tenia la villa de La Seca, se dispusieron a quitarle la espoleta de dicho artefacto, en el patio de su casa, para poder venderla a los traperos que por los metales y la ropa vieja, daban algún dinero, yo era apenas un chaval, pero escuche desde mi casa, aquella explosión que dejo a todo el vecindario asustado. Me imagino que eran como las dos de la tarde cuando el sonido se hizo eco en toda la villa. Pronto se corrió la voz por todo el valle, los dos hermanos fallecieron casi en el acto, las lagrimas corrían por muchas mejillas, al sentir como aquellos jóvenes casi niños, que se dedicaban al pastoreo, habían sido victimas de aquella tragedia. En mi recuerdo parece que les conocía algo, sin ser vecino de ellos, ya que habitaban en la calle de Medina, y fue allí en su propia casa, donde intentaron sacar el hierro de la bomba. para poder venderlo. El recuerdo sigue vivo entre vecinos y amigos de aquellos jóvenes, que no fueron los primeros en sufrir los efectos de dichas bombas, ya que otros dos hermanos anteriormente, habían salido bastante mal parados, de otra explosión en su propia vivienda, con otra de esas bombas, que se comento que hacían más estragos que beneficios, y así parece que fue en aquellos años. La noticia se hizo camino en toda la comarca de tierra de Medina, los dos hermanos fallecidos recibieron sepultura, y su tumba fue durante algunos años, el recuerdo triste de dos jóvenes niños fallecidos en tan penosa situación, conocí bien a su Madre después, que arrastro toda su vida el drama de perder a sus dos hijos, y aunque la gente de mi tierra sentía compasión, ella nunca pudo olvidar aquel día tan dramático, donde sus dos hijos dejaron de existir por no saber que aquel metal que ellos querían sacar a la bomba, les pudiera costar su propia vida, vi sus lagrimas correr a la puerta de mi casa, mientras contaba a mi Madre, tan triste acontecimiento, y aunque mi Madre lo conocía de sobra, las dos mujeres lloraron al recordar aquel fatal accidente. Yo tuve la suerte de poder ver la carcasa de dichas bombas, en el termino de Las Cañadas, donde existía una de esas casetas, donde se disparaban dichas bombas. y el olor que se notaba allí, era bastante desagradable, el sonido que producía se escuchaba como a unos cuatro kilómetros de distancia, y su altura llegaba de sobra sobre las nubes tormentosas, haciendo allí un cielo mucho más negro con su propio humo. Los recuerdos no deben de borrarse nunca, para que sepamos donde podemos encontrar la más terrible tragedia.
G X Cantalapiedra.

Impresionante relato. Dicen por aquí "la necesidad tiene cara de hereje" ¡pobres chicos y cuánto dolor para su madre!
Es una historia muy triste y supongo que fue aleccionadora para los otros niños del pueblo.
G X Cantalapiedra lo has escrito muy bien. Nelba

Gracias Nelba por tu buena critica, la historia es como yo la relaté, aun recuerdo aquel día sobre las dos de la tarde, el revuelo que se preparo en La Seca, aunque yo solo era un niño lo tengo en mi cerebro grabado, Un saludo G X Cantalapiedra.