Este oficio sigue existiendo y no voy a plantear si mejor o peor que antes, poro si cambió el método.
Recuerdo de las idas y venidas a la
escuela al Sr. Demetrio en la calleja de "Las Frailas", que allí daba el
horno de su
panadería, arrodillado exparciendo la paja al rescoldo. Yo miraba al fondo: una llama contínua, chispeante, aterradora, yo me imaginaba que hasta desafiante. Es que en aquellas catequesis nos decía el viejo, querido y recordado cura D. Servando "Véis ese horno, véis esa llama,
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