EL UCERO VA CRECIDO
El Ucero va crecido
y se le nota valiente,
el Duero está sorprendido
al recibir su corriente.
El Burgo le siente altivo
al ver su fuerza rotunda,
su corriente da motivo
de miedo porque algo inunda.
El río Ucero se crece
con las nieves del invierno,
y en su ribera se mece
y hasta parece más tierno.
Las aguas pasan deprisa
buscando el desfiladero,
el Abión trae la brisa
de correr ligero al Duero.
Los dos ríos tan sorianos
de leyendas y guerreros,
en El Burgo son hermanos
con versos de romanceros.
Las aguas que van crecidas
apenas las mueve el viento,
son como notas perdidas
de cariño y sentimiento.
El Ucero sigue el curso
inundando algún sendero,
nos demuestra su recurso
que hoy parece verdadero.
Los álamos ven su fuerza
que apenas tuvo en verano,
y hasta su raíz se esfuerza
viendo al Ucero tan sano.
La muralla de testigo
y el Ucero recargado,
su crecida no es castigo,
es que la lluvia ha calado.
El Burgo vive pendiente
sin estar sobresaltado,
se mira el río en el puente
en un ambiente calmado.
G X Cantalapiedra.
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