Compramos energía a futuro



Día que pasa no vuelve y lo demás es cuento.
.
... frase del Pita.

Que haces?
Estar como decía el Sabino (d. e. p).

Estos son dos de los muchos dichos de Blacos.
Es húmeda, es seca, es amarilla sobre rojo, es verde sobre rojizo, es blanca, es transparente y gris o gris a secas. Es la de las calzadas roturada, pedregosa aunque agradecida con la simiente si hay mimo. Rodeada de enebros, matorrales, matojos, aliagas; dorada por el sol, ahogada por la lluvia intensa, inmaculada con las nevadas o transparente con la escarcha.

Suenan los cantos de las chicharras y los grillos en las noches estrelladas de Agosto. Corretean las liebres hacia su cama. La zorra ... (ver texto completo)
Habitantes en torre blancos Soria
roble de cirjuana
Fiestas de san roque
Fiestas 2015
Altitud
CUANDO SE APAGAN LAS BRASAS

Los lamentos van marcando
muchos fallos horrorosos,
hombres que marchan pensando
en los fuegos tenebrosos.

Cuando se lloran fracasos
sin poner remedio alguno,
se deben mirar los pasos
de un mal fuego inoportuno.

Los lamentos aparecen
para comentar los daños,
mientras las dudas se crecen
con el paso de los años.

Fuegos que dejan sus huellas
en los montes más preciosos,
donde muchas tardes bellas
fueron lugares gozosos.

Cuando se apagan las brasas
y solo quedan cenizas,
ves que los daños rebasan
las esperanzas plomizas.

Cenizas que son pasado
de las grandes arboledas,
con sentimiento truncado
en muchas de sus veredas.

Miras el monte quemado
y ruegas a las estrellas,
que tu recuerdo añorado
viva las tardes aquellas.

Como esqueletos sin alma
son los arboles quemados,
que les abrasó la llama
y se vieron condenados.

Cenizas sobre el camino
que van marcando la ruta,
fuego que da desatino
y más con su fuerza bruta.
G X Cantalapiedra. ... (ver texto completo)
Galopa la noche canalla a lomos de un disco de vinilo. Al tercer surco arañado por la aguja, ya me sabía de memoria todos los pliegues de tu falda. Mis dedos bailaron una saeta a la altura de tu ombligo, en aquellos tiempos en los que nunca habitaba el olvido. El jersey de tu corteza abandonaba sus escamas en la columna de la silla ajada por los fríos y las noches sin dormir después de aquellas mañanas de insomnio y de tinieblas. Tu cuello era un tobogán a la lujuria, aunque ya se habían marcado ... (ver texto completo)
El otro día recibo una llamada y cuál es mi sorpresa que al otro lado percibo una voz que me dice “soy la morenaza”. Calificativo cariñoso que le he otorgado a la amiga Chus, acompañada de por lo menos su hermanita Raquel, unas sorianas de pro e integrantes del clan de las Perét, si, esas de Blacos. Os preguntareis que para que me llamaría, pues me parece muy bien, yo también me lo pregunto, porque fue un hola y adiós. El caso es que estaban de visita por Bilbao y que ya se marchaban en autobús de ... (ver texto completo)
Avioncillo me sabes a cereza en verano
hueles a tomillo y espligo en primavera
eres soberano de mi espacio
dueño de mi dominio y de mi espera

Colmas de placeres los ribazos
nutres con tus frutos mis entrañas
vuelves positivos los rechazos
no me enfado si mejor engañas
... (ver texto completo)
Vamos, tal cual. Asín lo hubiera contado yo, bueno, o parecido. Quizás algo más breve. La primera y prácticamente la última vez que entré en un burger fue en Sitges hace 30 años. Me acuerdo que cuando acabamos de pedir lo primero que nos dijeron fue:
- Son taitantas pesetas
- Perdón, queremos que nos pongas, no que nos cobres.
- Si, ya, son taitantas
- Perdón, que no hemos tomado nada, es lo que queremos que nos pongas.
- Que sí, pero que se paga por adelantado
Pues eso, que parecido a los vendedores que pasaban por la sombra del Olmo. ... (ver texto completo)
EL QUE NUNCA ESTUVO EN CALATAÑAZOR
En estás tierras de Soria
llenas de viejas leyendas,
se te viene a la memoria
aquellas bonitas sendas.

Calatañazor de sombras
entre paisaje guerrero,
dicen que a veces te asombras
con piedras que son de acero. ... (ver texto completo)
Apenas se oía ya el murmullo del amanecer y la plaza se llenaba de esa luz brillante con la que amanece Blacos en los albores de agosto. El sol se deslizaba entre las ramas del olmo y su calor se tamizaba en la red de las hojas siempre dispuestas a proteger a sus habitantes. Hacían un enorme esfuerzo por retardar el sopor veraniego, con la esperanza de que, con el sueño todavía sin olvidar, los más pequeños se acercaran a su salón de juego para iniciar otro día largo, que así son los días que acompañan ... (ver texto completo)
Nunca llueve a gusto de todos, e incluso cuando aprieta el calor no desaparecen algunos síntomas de congelación. Pero en estos días en los que el termómetro parece escalar hasta la cima del Everest, es agradable acercarse a la sombra del olmo. Ese olmo ahora imaginario, un olmo virtual, porque el olmo real se llevó entre sus ramas esos murmullos de verano, esa bota que corría de mano en mano mientras los dedos se deslizaban sobre las rodajas de chorizo con su justo picante o esas tortillas de patatas ... (ver texto completo)