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EL BURGO DE OSMA: EL CASERON QUE FUE BARATO...

EL CASERON QUE FUE BARATO
Hace algunos años aquel caserón de pueblo de la comarca del Burgo de Osma, se llegó a vender barato, y un matrimonio de Madrid le compró sin enterarse de su pasado, En aquel domicilio existió un matrimonio de labradores que tuvieron dos hijos, que se marcharon de inmigrantes a la zona del Norte de España. Y parece ser que la esposa del dueño murió de malos tratos del marido. Los hijos sabían de sobra lo machista y maltratador que era su padre, al fallecer la madre acudieron a su entierro, y al padre le indicaron el camino a seguir, Una residencia del Burgo de Osma, o seguir allí solo con su machismo, el padre al ver su pasado de hombre malo, se subió al sobrado o cámara de dicha casa, y con una cuerda de esparto preparo su adiós a la vida, los hijos le echaron en falta, y subieron a la cámara, donde se encontraron a su padre que estaba colgado de dicha cuerda, el drama estaba servido, casi todos los vecinos conocían sus intenciones machistas, y no les preocupo demasiado su final, los hijos nada más arreglar los títulos de propiedad pusieron la casa en venta, y un matrimonio de Madrid la compró bastante barata, ya que en aquel pueblo sobraban casas vacías por la emigración de sus vecinos, y además nadie del pueblo la hubiera comprado, ya que pensaban que sus paredes eran testigos de la humillación que sufrió aquella mujer que según los vecinos decían que era buena persona.
Los nuevos propietarios empezaron a venir allí todos fines de semana, y la fueron arreglando a su manera, sin saber nada de la historia verdadera de dicha casa, Pronto empezaron los sonidos raros por la noche, durante el día el matrimonio siguió su faena, trabajando para poder ver aquella vivienda en las mejores condiciones, hasta que una noche crujían las maderas del techo, y el marido pensó, no estarán agrietadas o rotas esas vigas del tejado, y la esposa le comentó y las he revisado yo y parecen estar en perfecto estado, Todo parecía normal más un domingo se dieron cuenta que la lumbre de la cocina daba chirridos, y se notaban ruidos en las paredes de las habitaciones, el marido se puso algo nervioso, alguien en el bar del pueblo le comentó, No sé como se han comprado esa casa, que nos parece maldita, Esa expresión y su forma de expresarla le parecía rara, No se asustó el marido, pero aquellas palabras se quedaron en su memoria grabadas, el fuego en la cocina era turbulento, subían las llamas y bajaban sin apenas pasar tiempo, luego más tarde, las puertas empezaron a rugir como si estuvieran sin grasa, y el marido las engraso con aceite de oliva, más cuando abrían o cerraban puertas chirriaban como desesperadas. Todo les parecía un misterio, el matrimonio no se daba por vencido, intento comprar ajos y colgarlos de las paredes de la cocina, también pusieron cruces y estampas religiosas por toda la casa, era tiempo perdido, ya que los ruidos no cesaban, y las vigas del tejado cuando corría el viento se dejaban notar con su gruñido, además las luces de la casa empezaron a fallar, y las bombillas se fundían sin apenas avisar, el marido volvió al Bar de dicho pueblo, y pregunto por qué era esa vivienda maldecida, Le contesto el señor del Bar, esa casa fue del maltratador de fulano de tal, el hombre quiso indagar, y tan solo le contaban a medias aquellos casos que se conocían, Ya era tarde para anular aquella compra que fue barata, sabían de sobra los hijos del antiguo dueño que nadie de su pueblo la compraría, Y el matrimonio dueño entonces actual que la compró la vivienda, viendo y oyendo tantos ruidos sin entender el porqué, pusieron la casa en venta, y un matrimonio de Zaragoza parece ser que fue su nuevo dueño, no sabían la historia de sus antiguos moradores, y llegaron sin prisa de arreglarla, y encima eran de esas personas que les gustaban los misterios, más dejaron de ir a dicha casa. Por otros problemas que tenían, mientras en el pueblo su habitantes comentaban. “Fueron muchas palizas sin razón, y los hijos lo sabían de sobra, y pusieron tierra por medio para olvidarse de aquel mal trato, lo que no sabían los hijos y sus esposas, es que los fantasmas del pasado estaban allí para dejar sus señales de su vida pasada”. G X Cantalapiedra.