LOS CAMINOS DEL DESTINO SE RESISTEN
Como luces que siguen encendidas
en las noches que llaman tormentosas,
voy corriendo las sendas escogidas
viendo rutas que vemos tenebrosas.
Los caminos nos dejan señalados
con sus horas de amargas desventuras,
donde pisas lugares recordados
que pudieran ser rutas de locuras.
En las noches de negras soledades
donde gritan sin tregua muchas losas,
que quisieran lanzarnos sus verdades
implorando por Dios no ser hoy fosas.
Los destinos se amargan en la noche
con sus ecos de sueños mal venidos,
que quisieras hacerles un reproche
esperando no verlos deprimidos.
Con los ríos al borde del desastre
con caudales que tiembla su destino,
es un tiempo de lluvia y de desgaste
con señales de tiempo no divino.
Voy mirando los negros nubarrones
que aceleran las nubes y los trinos,
esperando dejar sus sensaciones
sin pedir a los tiempos ser divinos.
Anochece mirando la corriente
del Ucero que marcha muy crecido,
es posible que así lo ve la gente
distinguiendo queriendo verle erguido.
Hoy los ríos se llenan de corriente
como sombras que marchan con destino,
el sonido que va marcando ambiente
siempre quiere un camino de hilar fino.
G X Cantalapiedra.
22 – 3 - 2025
Como luces que siguen encendidas
en las noches que llaman tormentosas,
voy corriendo las sendas escogidas
viendo rutas que vemos tenebrosas.
Los caminos nos dejan señalados
con sus horas de amargas desventuras,
donde pisas lugares recordados
que pudieran ser rutas de locuras.
En las noches de negras soledades
donde gritan sin tregua muchas losas,
que quisieran lanzarnos sus verdades
implorando por Dios no ser hoy fosas.
Los destinos se amargan en la noche
con sus ecos de sueños mal venidos,
que quisieras hacerles un reproche
esperando no verlos deprimidos.
Con los ríos al borde del desastre
con caudales que tiembla su destino,
es un tiempo de lluvia y de desgaste
con señales de tiempo no divino.
Voy mirando los negros nubarrones
que aceleran las nubes y los trinos,
esperando dejar sus sensaciones
sin pedir a los tiempos ser divinos.
Anochece mirando la corriente
del Ucero que marcha muy crecido,
es posible que así lo ve la gente
distinguiendo queriendo verle erguido.
Hoy los ríos se llenan de corriente
como sombras que marchan con destino,
el sonido que va marcando ambiente
siempre quiere un camino de hilar fino.
G X Cantalapiedra.
22 – 3 - 2025