EL BURGO DE OSMA: LA TARDE SE FUE PASANDO...

LA TARDE SE FUE PASANDO
Una tarde de paseo subimos hasta el Castillo, y pedimos un deseo que el Ucero tenga brillo. Era la tarde preciosa con sus sonidos distintos, La Atalaya muy dichosa despertó nuestros instintos. Paso a paso caminando por las orillas del Río, el viento llegó gritando marcando el escalofrío. La tarde del Burgo de Osma tiene su signo bonito, se nota desde la loma que el viento lanza su grito. La Cruz del Siglo observando es un camino distinto, la cima que va ocupando nos hace pensar en Cristo. La tarde se fue pasando entre sonidos y brillos, El Abión fue marcando esos senderos sencillos. Caminar entre las cimas de este Valle tan bonito, sin pensar en ese clima que a veces suelta su grito. La noche vino deprisa, nadie pensó en su destino, el viento nos dio esa brisa sin temor al desatino. La soledad de la noche hace raros los caminos, y nadie le pone broche, aunque se beban cien vinos. El Ucero de testigo con sus álamos al cielo, parece ser el amigo que siempre te da consuelo. El Duero sigue esperando con sonido a ROMANCERO, y El Ucero va marchando viendo su paso altanero. El Burgo sigue marcando los delirios del invierno, los fríos llegan volando con ese temblor eterno. Mayo nos llega con frío, y el viento corre ligero, quizá deje escalofrío en algún aventurero. La noche se vino encima y habrá que comer torreznos, para alegrar ese clima de los fríos traicioneros. Nadie comenta la noche, ni quiere soltar su miedo, es temido algún reproche que nos hable de su enredo. Dicen que salió la Luna que va camino del Duero, nadie la ve inoportuna si está cerca del Ucero. G X Cantalapiedra.


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