Y VOLVIERON AL BURGO DE OSMA.
Fueron años de penumbras, con las ilusiones rotas, muchos sueños desbordados no quisieron ver derrotas. Por ciertas tierras de España se sintieron olvidados, y vieron su vida extraña en lugares destacados. Recopilando trabajos sin entender de otras cosas, empezaron otros tajos al ser sus noches dichosas. Volvieron al Burgo de Osma para sentir más la vida, para no estar agobiado en cualquiera despedida. Atrás quedaron los ruidos y sus malas consecuencias, sin querer verse perdidos ni aguantar intransigencias. Duras contaminaciones que te amargan los sentidos, olvidando las razones del inmigrante ofendido. Sentir de cerca el Ucero con sus aguas relucientes, y no ver lejano al Duero, con sus brisas permanentes. Ver el paisaje con calma donde se ven vibraciones, viendo que nadie reclama entre buenas sensaciones. Caminar sin rumbo fijo en las tardes placenteras, y ver crecer algún hijo haciendo bellas esperas. Volvieron al Burgo de Osma para vivir más tranquilos, y mirar siempre esa loma que parece tener filos. Piedras que nunca se mueven aunque sople mucho el viento, senderos que si convienen para olvidar sufrimiento. En estas tierras del Burgo se conocen las dulzuras, y nadie quiere ese yugo que siempre suelta amarguras. El futuro ira llegando sin ser mar de confusiones, La gente se va acoplando sin imponer sus razones. Mañana saldrá la Luna para revisar senderos, El Burgo tiene fortuna y sueños aventureros. Querer vivir en tu tierra tiene mucho de cordura, en su contorno se encierra gestos que no son locura. Buscar las viejas raíces por los caminos sorianos, olvidando cicatrices y querer ser más humanos. El Burgo tiene pasiones que se llevan en el alma, con muchas nuevas razones que hoy casi nadie proclama. G X Cantalapiedra.
Fueron años de penumbras, con las ilusiones rotas, muchos sueños desbordados no quisieron ver derrotas. Por ciertas tierras de España se sintieron olvidados, y vieron su vida extraña en lugares destacados. Recopilando trabajos sin entender de otras cosas, empezaron otros tajos al ser sus noches dichosas. Volvieron al Burgo de Osma para sentir más la vida, para no estar agobiado en cualquiera despedida. Atrás quedaron los ruidos y sus malas consecuencias, sin querer verse perdidos ni aguantar intransigencias. Duras contaminaciones que te amargan los sentidos, olvidando las razones del inmigrante ofendido. Sentir de cerca el Ucero con sus aguas relucientes, y no ver lejano al Duero, con sus brisas permanentes. Ver el paisaje con calma donde se ven vibraciones, viendo que nadie reclama entre buenas sensaciones. Caminar sin rumbo fijo en las tardes placenteras, y ver crecer algún hijo haciendo bellas esperas. Volvieron al Burgo de Osma para vivir más tranquilos, y mirar siempre esa loma que parece tener filos. Piedras que nunca se mueven aunque sople mucho el viento, senderos que si convienen para olvidar sufrimiento. En estas tierras del Burgo se conocen las dulzuras, y nadie quiere ese yugo que siempre suelta amarguras. El futuro ira llegando sin ser mar de confusiones, La gente se va acoplando sin imponer sus razones. Mañana saldrá la Luna para revisar senderos, El Burgo tiene fortuna y sueños aventureros. Querer vivir en tu tierra tiene mucho de cordura, en su contorno se encierra gestos que no son locura. Buscar las viejas raíces por los caminos sorianos, olvidando cicatrices y querer ser más humanos. El Burgo tiene pasiones que se llevan en el alma, con muchas nuevas razones que hoy casi nadie proclama. G X Cantalapiedra.