SEIS DE LA TARDE Y LLOVIENDO EN EL BURGO DE OSMA
En este lugar dichoso
donde la lluvia no falta,
el campo se ve gozoso
y la sequía se espanta.
Esta lluvia presumida
que aminora los calores,
es bonita y distinguida
dejando buenos olores.
El Burgo mira a su entorno
lleno de dulces montañas,
es un valle de contorno
que las nubes nunca extrañan.
Álamos del río Ucero
que sienten las nubes bajas,
sus aguas se van a el Duero
como si fueran alhajas.
Estas lluvias caprichosas
que saben de fantasía,
quieren alegrar las rosas
derrochando la alegría.
El río Abión se crece
cuando las nubes descargan,
su corriente prevalece
y los manantiales cargan.
El Burgo se ve orgulloso
con sus calles admiradas,
limpio sin ser vanidoso
tiene sus sendas cuidadas.
La lluvia viene corriendo
en esta tarde encantada,
mientras la lluvia fingiendo
deja la ciudad mojada.
Lluvia que deja respiro
y que siempre nos da calma,
el tiempo suelta un suspiro
que a veces prefiere el alma.
G X Cantalapiedra.
En este lugar dichoso
donde la lluvia no falta,
el campo se ve gozoso
y la sequía se espanta.
Esta lluvia presumida
que aminora los calores,
es bonita y distinguida
dejando buenos olores.
El Burgo mira a su entorno
lleno de dulces montañas,
es un valle de contorno
que las nubes nunca extrañan.
Álamos del río Ucero
que sienten las nubes bajas,
sus aguas se van a el Duero
como si fueran alhajas.
Estas lluvias caprichosas
que saben de fantasía,
quieren alegrar las rosas
derrochando la alegría.
El río Abión se crece
cuando las nubes descargan,
su corriente prevalece
y los manantiales cargan.
El Burgo se ve orgulloso
con sus calles admiradas,
limpio sin ser vanidoso
tiene sus sendas cuidadas.
La lluvia viene corriendo
en esta tarde encantada,
mientras la lluvia fingiendo
deja la ciudad mojada.
Lluvia que deja respiro
y que siempre nos da calma,
el tiempo suelta un suspiro
que a veces prefiere el alma.
G X Cantalapiedra.