Historia del Gato Siamés
El gato siamés es un animal de costumbres solitarias y territoriales.
Su origen es asiático y su historia se remonta al reino de Siam.
Son robustos, inteligentes y muy afectuosos.
De cabeza triangular y contornos suaves y elegantes, su musculatura es firme y destacan sus grandes ojos azules.
El pelo de esta raza es corto y de color crema con características marcas más oscuras que el resto del cuerpo en marrón oscuro o gris en la zona de la cara, orejas y patas, tanto delanteras como traseras.
Existen numerosas variedades: Seal Point, Blue Point, Carey Point y Tabby Point, entre otras.
Su cuerpo esbelto y ágil, es una máquina perfeccionada: posee una visión nocturna gracias a sus pupilas verticales que pueden dilatarse mucho más que las del hombre; Un sistema radar que le permite guiarse en la oscuridad formado por los ojos, oídos y bigotes; almohadillas en los pies y la extraordinaria capacidad de girar en el aire para caer siempre sobre sus patas.
Permanentemente alerta y en acecho, no ha olvidado su instinto cazador. Es una fierecilla domada.
Un abrazo.
El gato siamés es un animal de costumbres solitarias y territoriales.
Su origen es asiático y su historia se remonta al reino de Siam.
Son robustos, inteligentes y muy afectuosos.
De cabeza triangular y contornos suaves y elegantes, su musculatura es firme y destacan sus grandes ojos azules.
El pelo de esta raza es corto y de color crema con características marcas más oscuras que el resto del cuerpo en marrón oscuro o gris en la zona de la cara, orejas y patas, tanto delanteras como traseras.
Existen numerosas variedades: Seal Point, Blue Point, Carey Point y Tabby Point, entre otras.
Su cuerpo esbelto y ágil, es una máquina perfeccionada: posee una visión nocturna gracias a sus pupilas verticales que pueden dilatarse mucho más que las del hombre; Un sistema radar que le permite guiarse en la oscuridad formado por los ojos, oídos y bigotes; almohadillas en los pies y la extraordinaria capacidad de girar en el aire para caer siempre sobre sus patas.
Permanentemente alerta y en acecho, no ha olvidado su instinto cazador. Es una fierecilla domada.
Un abrazo.