El Río Henar, que como habéis visto tiene tantos nombres, en sus primeros veinte kilómetros o sea en la mitad de su trayecto, es más bien un riachuelo pues no tiene manantiales importantes que le aporten agua para mantener un caudal estable y en verano suele secarse. Es al llegar al Puente de la Cuadrilla, ya cerca de Deza, cuando puede gozar de agua permanentemente. Si no es tiempo de riego, las aguas de Valdezuziel serán las primeras que reciba y de aquí hacia abajo ya nunca faltarán ni en invierno ni en verano. Aquí en donde había una canal para pasar el líquido elemento, al otro lado del río. Pocos metros más abajo tenemos la Fuente Santa que brota en el mismo cauce y que tiene el agua más fresca de cuantas yo conozco pues sale helada. No sé de donde vendrá. Un abrazo Deza.
