El tren expreso Barcelona-Madrid recorre tierras aragonesas. En un compartimiento, entre otros viajeros, se encuentra un enano y un legionario. Al pasar por Sabiñán el enano se dirige al revisor:
- ¿Falta mucho para llegar a Calatayud?
El revisor le mira y le dice:
-Unos veinte kilómetros, pero este tren no para en Calatayud.
El enano le mira decepcionado, se lamenta y le indica que es en esa localidad precisamente donde se quiere apear.
-Pues no va a ser posible, ahí no tiene parada.
Entonces tercia el legionario:
-No te preocupes, que por mis c****** tu te apeas en Calatayud. Cuando el tren realice su aproximación, aminora la velocidad, entonces yo te cojo de las manos y, cuando pises el andén, sigues corriendo en el sentido de la marcha y te vas parando.
Así lo hacen, llega el tren, aminora su marcha, el legionario toma de las manos al enano y lo deja corriendo en el andén.
Pasan dos minutos y el enano aparece de nuevo en el compartimiento.
-Pero hombre, ¿no te quedaste en Calatayud?-pregunta el legionario.
-Pues si- dice el enano-, pero cuando corría por el andén, me vio otro legionario, me cogió, me metió de nuevo en el tren y me dijo:
-Por mis c****** que tu no pierdes este tren. Y aquí estoy de nuevo…..
Saludos
- ¿Falta mucho para llegar a Calatayud?
El revisor le mira y le dice:
-Unos veinte kilómetros, pero este tren no para en Calatayud.
El enano le mira decepcionado, se lamenta y le indica que es en esa localidad precisamente donde se quiere apear.
-Pues no va a ser posible, ahí no tiene parada.
Entonces tercia el legionario:
-No te preocupes, que por mis c****** tu te apeas en Calatayud. Cuando el tren realice su aproximación, aminora la velocidad, entonces yo te cojo de las manos y, cuando pises el andén, sigues corriendo en el sentido de la marcha y te vas parando.
Así lo hacen, llega el tren, aminora su marcha, el legionario toma de las manos al enano y lo deja corriendo en el andén.
Pasan dos minutos y el enano aparece de nuevo en el compartimiento.
-Pero hombre, ¿no te quedaste en Calatayud?-pregunta el legionario.
-Pues si- dice el enano-, pero cuando corría por el andén, me vio otro legionario, me cogió, me metió de nuevo en el tren y me dijo:
-Por mis c****** que tu no pierdes este tren. Y aquí estoy de nuevo…..
Saludos
