Otra de las tradiciones perdidas consistía en la crianza de un cerdo por las calles de Deza. Era alimentado por los propios dezanos, cuando el animal se colaba en sus casas. Este cerdo se rifaba entre los vecinos de Deza el domingo después del día de Reyes.
Antiguamente, los toros los dezanos los compraban por barrios y eran ellos mismos quienes picaban el toro que les correspondía en la plaza de toros.
En la Ermita de San Roque el Ayuntamiento contrataba a una familia (previa solicitud) durante el verano para que permaneciera junto a la ermita con tinajas de agua (que llenaban con cántaros de agua que subían hasta la ermita con animales) subían y que la gente que pasaba por allí hacia el campo saciara su sed. El día 3 de mayo el Ayuntamiento repartía entre los vecinos pan y vino bendecido para los animales.
Antiguamente, los toros los dezanos los compraban por barrios y eran ellos mismos quienes picaban el toro que les correspondía en la plaza de toros.
En la Ermita de San Roque el Ayuntamiento contrataba a una familia (previa solicitud) durante el verano para que permaneciera junto a la ermita con tinajas de agua (que llenaban con cántaros de agua que subían hasta la ermita con animales) subían y que la gente que pasaba por allí hacia el campo saciara su sed. El día 3 de mayo el Ayuntamiento repartía entre los vecinos pan y vino bendecido para los animales.
La limonada.
No sé por qué la costumbre de que fuera en Semana Santa, lo de hacer limonada, en nuestro pueblo. En Cuenca de Campos, por ejemplo la preparan para las Fiesta Mayor que se celebra a mediados de agosto. El caso es que en Deza, lo recuerdo desde pequeño, la limonada se hacía en estas fechas o sea para consumirla en la Semana Santa. Y la preparaban en muchas casas para su consumo particular y también en grupos o cuadrillas de amigos, para disfrutarla en común. Digo para disfrutarla y muchas veces era para abusar de la bebida y emborracharse con ella, cosa que sucedía a menudo. Y es que la limonada entra en el cuerpo muy suave y se sube a la cabeza con mucha facilidad. Y eran el Jueves y el Viernes Santo, los días que mas juventud andaban un poco "calamocanos". El espectáculo a veces era denigrante y llamaba la atención, que en unos días que se consideraban tan sagrados en aquellos tiempos, pudiesen verse cosas así.
La limonada se hacía y se hace todavía, cada uno según su costumbre. En ninguna parte sabe lo mismo que en otra, puesto que puede variar la calidad, el grado y la composición de los ingredientes. Esencialmente se hace hirviendo vino tinto con azúcar, canela y corteza de limón y dejando la mixtura en reposo durante unos cuantos días.
Un abrazo.
No sé por qué la costumbre de que fuera en Semana Santa, lo de hacer limonada, en nuestro pueblo. En Cuenca de Campos, por ejemplo la preparan para las Fiesta Mayor que se celebra a mediados de agosto. El caso es que en Deza, lo recuerdo desde pequeño, la limonada se hacía en estas fechas o sea para consumirla en la Semana Santa. Y la preparaban en muchas casas para su consumo particular y también en grupos o cuadrillas de amigos, para disfrutarla en común. Digo para disfrutarla y muchas veces era para abusar de la bebida y emborracharse con ella, cosa que sucedía a menudo. Y es que la limonada entra en el cuerpo muy suave y se sube a la cabeza con mucha facilidad. Y eran el Jueves y el Viernes Santo, los días que mas juventud andaban un poco "calamocanos". El espectáculo a veces era denigrante y llamaba la atención, que en unos días que se consideraban tan sagrados en aquellos tiempos, pudiesen verse cosas así.
La limonada se hacía y se hace todavía, cada uno según su costumbre. En ninguna parte sabe lo mismo que en otra, puesto que puede variar la calidad, el grado y la composición de los ingredientes. Esencialmente se hace hirviendo vino tinto con azúcar, canela y corteza de limón y dejando la mixtura en reposo durante unos cuantos días.
Un abrazo.