DEZA: Las tormenta geomagnéticas....

Amiga Las Matas: Viendo la fotografía del Moncayo nevado da una sensación de bienestar y paz que no es posible encontrarlos ni con el aire acondicionado de la casa, ni con la cerveza fresca de la nevera. Hoy ha hecho un día muy caluroso y eso a pesar que nuestro amigo "Lorenzo" no ha podido asomar todo su rostro pues un cielo enmarañado se lo ha impedido. Se ve que ya tenemos el verano encima. A mi me gusta más el tiempo fresco; pero claro, habrá que hacer distinciones pues el frío, frío también es muy malo. Que se lo pregunten a nuestros paisanos, de tierras castellanas, que aún recuerdan este invierno pasado.

Un abrazo.

Hace aproximadamente una década que por Deza había una cosecha de cereales muy prometedora. Llegó el mes de junio y en pocos días se abrasaron los campos, con un calor inusual, para estas fechas. Y es que en nuestro astro rey, el Sol, cada diez años sufre una serie de tormentas que pueden perjudicarnos incluso gravemente. Creo que para 2012 nos toca de nuevo.

Un abrazo.

Las tormenta geomagnéticas.

Tormenta solar.

La CME es una onda hecha de radiación y viento solar que se desprende del Sol en el periodo llamado Actividad Máxima Solar. Esta onda es muy peligrosa ya que daña los circuitos eléctricos, los transformadores y los sistemas de comunicación. Cuando esto ocurre, se dice que hay una tormenta solar.

Cada 11 años, el Sol entra en un turbulento ciclo (Actividad Máxima Solar) que representa la época más propicia para que el planeta sufra una tormenta solar.
El próximo máximo solar ocurrirá en el año 2012.
Una potente tormenta solar es capaz de paralizar por completo la red eléctrica de las grandes ciudades, una situación que podría durar semanas, meses o incluso años.
Las tormentas solares pueden causar interferencias en las señales de radio, afectar a los sistemas de navegación aéreos, dañar las señales telefónicas e inutilizar satélites por completo.
El 13 de marzo de 1989, la ciudad de Québec, en Canadá, fue azotada por una fuerte tormenta solar. Como resultado de ello, seis millones de personas se vieron afectadas por un gran apagón que duró 90 segundos. La red eléctrica de Montreal estuvo paralizada durante más de nueve horas. Los daños que provocó el apagón, junto con las pérdidas originadas por la falta de energía, alcanzaron cientos de millones de dólares.
Entre los días 1 y 2 de septiembre de 1859, una intensa tormenta solar afectó a la mayor parte del planeta. Las líneas telegráficas de los Estados Unidos y el Reino Unido quedaron inutilizadas y se provocaron varios incendios. Además, una impresionante aurora boreal, fenómeno que normalmente sólo puede observarse desde las regiones árticas, pudo verse en lugares tan alejados entre sí como Roma o Hawái.

Un abrazo.


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