DEZA: Amiga Las Matas: Yo sé un caso de estos de la falda...

EL CIERRE DE LA FALDA.

Cuando el autobús se detuvo a recoger a los pasajeros ella se dio cuenta de que su falda era demasiado estrecha para permitirle dar el paso para subir.

Algo avergonzada le sonrió al conductor y llevó la mano hacia atrás y bajó un poco la cremallera de la falda pensando que tal vez eso ayudaría. Intentó subir, pero no pudo.

Sintiéndose todavía más avergonzada, bajó la cremallera un poco más y volvió a intentar subir al bus, pero sin éxito.

Casi llorando de la vergüenza bajó del todo la cremallera y de nuevo no pudo subir al autobús.

Entonces un tipo alto que estaba detrás de ella en la fila la levantó por la cintura y la subió al autobús.
Furiosa, ella se volvió hacia el buen samaritano y le gritó, " ¿Cómo se atreve a tocarme? ¡Yo a usted no lo conozco!"

El hombre con una amplia sonrisa, dijo suavemente. "Bueno, señorita, yo tampoco lo conozco a usted y normalmente no hago estas cosas, pero después de que usted me bajó 3 veces la bragueta, me figuré que ya éramos amigos".

Buenos dís y hasta luego.

Amiga Las Matas: Yo sé un caso de estos de la falda y es verídico; aunque naturalmente tiene otro cariz. Se celebraba la confirmación en mi parroquia y ya se sabe que prácticamente, todos son jóvenes. Y como hay que estar guapos, no se regatea nada y muchas chicas van con su minifalda. Pero claro, hay minis y minifaldas. El caso es que una de ellas al llegar al Sr. Arzobispo, se debió de sentir un poco avergonzada y se estiraba para abajo la ropa para tratar de taparse un poco más. Él se dio cuenta de ello y le dijo: "Hija, creo que por mucho que te estires... no vas a ganar nada. Déjala tal como está."

Cosas de la vida.

Un abrazo.