El pastoreo.
(2ª parte)
La verdad es que parece difícil que uno pueda caminar por el campo siendo de noche y acompañado por un rebaño de cientos de cabezas. Los pastores tenían que tener grabado en su cerebro, al igual que hoy día los GPS, todas las parcelas del término, de lo contrario no podían salir ni a la puerta del corral. Por cierto que hoy les sería de mucha utilidad un aparato de éstos. Qué cosas…
La verdad es que la vida del pastor era una vida sacrificada. No descansaba ni tenía fiestas ni aún menos vacaciones, durante todo el año. Todas las inclemencias del tiempo las tenía que aguantar, sólo. En todo caso en compañía de su perro, su borrica, su gayata, su manta a cuadros y su rebaño. ¡Cuántas veces un rayo dejó una extendelera de ovejas muertas, junto a su pastor!
El Evangelio nos cita la figura del pastor en varias ocasiones. Por un lado tenemos la parábola de la oveja perdida. “Venid a celebrarlo conmigo: He encontrado la oveja que había perdido”.
Por otro tenemos la parábola del Buen Pastor.”El buen pastor da la vida por sus ovejas”.
También en el Salmo 23 podemos leer:
El Señor es mi Pastor…
Me hace descansar en prados deliciosos…
El me guía por caminos seguros…
Ni que pase por valles tenebrosos no temeré…
Él está siempre a mi costado…
Su vara y su cayado, me confortan…
No se puede hacer un canto tan sencillo y tan hermoso a la figura del pastor.
Aunque La Venta de Tanas pertenezca a la provincia de Zaragoza, puede considerarse como parte integrante de nuestro pueblo pues todos sus moradores son vecinos de Deza. De allí tengo que decir que hubo, aparte de buenos ganados de ovejas, una ganadería de toros bravos de lidia, cuyo dueño era el tio Javier. Mi padre y el tio Mariano eran los pastorcillos que los cuidaban. Por cierto me contaba el tio Mariano en una entrevista, que él solamente se cuidaba de echarles en el corral; pero que mi padre toreaba los novillejos en la majada y que alguna vez tuvieron que subirse al tejado del corral, por los celos de la vaca madre.
Una cabeza disecada de aquellos toros bravos, estuvo expuesta muchos años, como adorno, en la carnicería de mi tío Benito, en el mismo sitio donde la Nely tiene su tienda, lugar por cierto, en donde encontrarás productos de primera calidad y un trato exquisito.
Hay que hacer mención y rendir homenaje a ese compañero inseparable del pastor, que fue el perro y que tan buenos servicios le ha prestado toda su vida. Para su dueño era a veces el ser mas mimado y con el que compartía la poca comida que tenía pues aparte de ser su mejor amigo era su mejor ayudante. No eran frecuentes las peleas entre los perros de los pastores pues ya todos se conocían en aquellas reuniones diarias, salvo que hubiese alguna perra en estado de celo. Por el hecho de verse unos y otros, ya era garantía de que se portarían bien.
Un abrazo.
(2ª parte)
La verdad es que parece difícil que uno pueda caminar por el campo siendo de noche y acompañado por un rebaño de cientos de cabezas. Los pastores tenían que tener grabado en su cerebro, al igual que hoy día los GPS, todas las parcelas del término, de lo contrario no podían salir ni a la puerta del corral. Por cierto que hoy les sería de mucha utilidad un aparato de éstos. Qué cosas…
La verdad es que la vida del pastor era una vida sacrificada. No descansaba ni tenía fiestas ni aún menos vacaciones, durante todo el año. Todas las inclemencias del tiempo las tenía que aguantar, sólo. En todo caso en compañía de su perro, su borrica, su gayata, su manta a cuadros y su rebaño. ¡Cuántas veces un rayo dejó una extendelera de ovejas muertas, junto a su pastor!
El Evangelio nos cita la figura del pastor en varias ocasiones. Por un lado tenemos la parábola de la oveja perdida. “Venid a celebrarlo conmigo: He encontrado la oveja que había perdido”.
Por otro tenemos la parábola del Buen Pastor.”El buen pastor da la vida por sus ovejas”.
También en el Salmo 23 podemos leer:
El Señor es mi Pastor…
Me hace descansar en prados deliciosos…
El me guía por caminos seguros…
Ni que pase por valles tenebrosos no temeré…
Él está siempre a mi costado…
Su vara y su cayado, me confortan…
No se puede hacer un canto tan sencillo y tan hermoso a la figura del pastor.
Aunque La Venta de Tanas pertenezca a la provincia de Zaragoza, puede considerarse como parte integrante de nuestro pueblo pues todos sus moradores son vecinos de Deza. De allí tengo que decir que hubo, aparte de buenos ganados de ovejas, una ganadería de toros bravos de lidia, cuyo dueño era el tio Javier. Mi padre y el tio Mariano eran los pastorcillos que los cuidaban. Por cierto me contaba el tio Mariano en una entrevista, que él solamente se cuidaba de echarles en el corral; pero que mi padre toreaba los novillejos en la majada y que alguna vez tuvieron que subirse al tejado del corral, por los celos de la vaca madre.
Una cabeza disecada de aquellos toros bravos, estuvo expuesta muchos años, como adorno, en la carnicería de mi tío Benito, en el mismo sitio donde la Nely tiene su tienda, lugar por cierto, en donde encontrarás productos de primera calidad y un trato exquisito.
Hay que hacer mención y rendir homenaje a ese compañero inseparable del pastor, que fue el perro y que tan buenos servicios le ha prestado toda su vida. Para su dueño era a veces el ser mas mimado y con el que compartía la poca comida que tenía pues aparte de ser su mejor amigo era su mejor ayudante. No eran frecuentes las peleas entre los perros de los pastores pues ya todos se conocían en aquellas reuniones diarias, salvo que hubiese alguna perra en estado de celo. Por el hecho de verse unos y otros, ya era garantía de que se portarían bien.
Un abrazo.
